La saga familiar Aguilar continúa acaparando titulares. Tras las declaraciones de Pepe Aguilar sobre su primogénito, Emiliano, este último ha decidido romper el silencio y revelar su versión de los hechos, destapando una serie de secretos familiares que han dejado a más de uno boquiabierto.

Emiliano ha confesado la ruptura de su relación con Ángela Aguilar, su hermana menor. Lo que alguna vez fue una conexión fraternal, llena de apoyo mutuo y complicidad, se ha transformado en un distanciamiento marcado por la desconfianza. El detonante, según Emiliano, fue una mentira de Ángela a su padre, Pepe Aguilar, relacionada con una suma de dinero.

El hijo mayor de Pepe Aguilar afirma que Ángela le dijo a su padre que le enviaba dinero mensualmente, una acusación que Emiliano niega rotundamente. Según su testimonio, jamás le ha pedido un solo centavo a su hermana. Emiliano va más allá y asegura que ese dinero, en realidad, estaba destinado al exnovio de Ángela, el compositor Gussy Lau, conocido por su trabajo con Christian Nodal. “Nunca le he pedido ni un centavo a mi hermana”, recalca Emiliano, “y todo ese dinero estaba pasando cuando estaba con el que le hace las rolas a Christian Nodal”. Esta revelación añade una nueva capa de complejidad al conflicto familiar y plantea interrogantes sobre la naturaleza de la relación entre Ángela y Gussy Lau.

La decepción de Emiliano es palpable. Recuerda con amargura cómo apoyó a su hermana durante momentos difíciles, cuando las controversias la dejaban llorando en los camerinos. “Yo fui el único que la ayudó, la única persona que estuvo ahí”, relata Emiliano, “hubieran visto en el camerino ella llorando sola… para que me hicieras eso y le dijeras a mi papá que me mandas dinero cuando era una mentira”. Este recuerdo refuerza la sensación de traición y ahonda en la herida familiar.

La historia no termina ahí. Emiliano Aguilar también ha revelado detalles sobre un reciente intento de reconciliación con Ángela. La cantante expresó su deseo de conocer a la sobrina de Emiliano. Él, protector de la privacidad de sus hijas y reticente a exponerlas al ojo público, accedió a un encuentro en un lugar privado. Sin embargo, la insistencia de Ángela por invitarlos a un concierto de su esposo frustró el reencuentro. Este detalle, aparentemente menor, ilustra la profunda brecha que separa a los hermanos y la dificultad para reconstruir la confianza perdida. ¿Será posible una reconciliación en el futuro? ¿O las heridas son demasiado profundas para sanar? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la familia Aguilar sigue en el centro del huracán mediático, con un drama familiar que parece sacado de una telenovela.