Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Economía

9 de septiembre de 2025 a las 10:11

Descubre el Bien Vivir Mexicano

Analicemos con mayor detenimiento la situación de la clase media en México. Si bien la cifra de $35,000 a $45,000 MXN mensuales para una familia de cuatro integrantes suena razonable para cubrir las necesidades básicas, ¿qué sucede cuando consideramos los gastos imprevistos, el ahorro para el futuro, la inversión en la educación superior de los hijos o simplemente el deseo de disfrutar de unas vacaciones? Este rango salarial, aunque permite una vida digna, deja poco margen para el crecimiento y la movilidad social ascendente.

La realidad es que muchas familias mexicanas que se consideraban de clase media se encuentran en una situación vulnerable, caminando sobre una cuerda floja financiera. Un incremento en los precios de la canasta básica, una enfermedad inesperada o la pérdida de un empleo pueden desestabilizar por completo su economía. Esto nos lleva a preguntarnos si el concepto de "clase media" se ha vuelto demasiado flexible, incluyendo a familias que en realidad viven al día con un mínimo margen de seguridad.

La necesidad de que ambos padres trabajen para alcanzar este nivel de ingreso también impacta en la dinámica familiar. Menos tiempo para la convivencia, mayor estrés y la dificultad para conciliar la vida laboral con la familiar son algunos de los desafíos que enfrentan estas familias. ¿Estamos sacrificando la calidad de vida en el altar de la estabilidad económica?

La informalidad laboral, mencionada anteriormente como una alternativa para complementar los ingresos, es una espada de doble filo. Si bien ofrece una solución a corto plazo, carece de prestaciones sociales y seguridad a largo plazo, perpetuando un ciclo de precariedad. Además, la falta de acceso a créditos y la dificultad para planificar el futuro son consecuencias directas de esta inestabilidad.

Es cierto que se ha observado una reducción en la pobreza extrema, pero la fragilidad de la clase media es una señal de alarma. No se trata solo de sobrevivir, sino de vivir con dignidad y tener la posibilidad de aspirar a un futuro mejor. La compra de la canasta básica a meses sin intereses, aunque alivia la presión inmediata, puede convertirse en una trampa a largo plazo, acumulando deudas que dificultan el progreso económico.

La propuesta de una nueva teoría sobre la pobreza, que considere la capacidad de adquirir bienes y servicios necesarios para el bienestar, es fundamental. El índice actual de medición de la pobreza puede estar subestimando la realidad de muchas familias que, aunque técnicamente no se encuentren en situación de pobreza extrema, viven con limitaciones significativas y en constante riesgo de caer en ella. Necesitamos una visión más integral que contemple no solo la supervivencia, sino también la posibilidad de un desarrollo pleno y la construcción de un futuro próspero. Es crucial que el gobierno y las instituciones pertinentes revisen estos parámetros y ajusten las políticas públicas para atender la realidad de la clase media vulnerable y evitar que la brecha entre la pobreza y la prosperidad se siga ampliando.

Es imperativo impulsar políticas públicas que promuevan la creación de empleos formales, mejoren el acceso a la educación de calidad y fortalezcan los sistemas de salud. Solo así podremos garantizar una verdadera movilidad social ascendente y una clase media sólida que impulse el desarrollo del país.

Fuente: El Heraldo de México