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9 de septiembre de 2025 a las 13:20

Cirujano se amputa: la verdad tras el shock

La historia del cirujano británico Neil Hopper nos sumerge en un perturbador laberinto de obsesiones, engaños y autodestrucción. Su caso, que ha conmocionado al Reino Unido, trasciende la simple crónica judicial para convertirse en un inquietante retrato de la fragilidad humana y el poder de las influencias online. Hopper, un respetado médico del Royal Cornwall Hospitals NHS Trust, se vio envuelto en una espiral descendente que culminó con la autoamputación de sus piernas y una condena por fraude millonario y posesión de pornografía extrema.

La defensa de Hopper argumentó que sufría disforia de género desde temprana edad, sintiéndose atrapado en un cuerpo equivocado. Esta disforia, combinada con una severa dismorfia corporal centrada en sus pies, lo llevó a considerarlos un "extra no deseado" y una "molestia perpetua". Según su abogado, este profundo malestar fue el detonante de su drástica decisión. Sin embargo, esta explicación no convenció al jurado, que lo encontró culpable de un complejo entramado de delitos.

El juicio reveló la conexión de Hopper con “The Eunuch Maker”, un sitio web de horror dirigido por Marius Gustavson, un noruego que ofrecía servicios de mutilación a clientes que pagaban por ver y participar en estas prácticas online. La influencia de este macabro portal en la decisión de Hopper de amputarse las piernas añade una capa aún más oscura a la historia. La facilidad con la que accedió a este tipo de contenido extremo y la normalización de la violencia que se promueve en estos espacios virtuales nos obliga a reflexionar sobre los peligros que acechan en la red.

El caso de Gustavson, por sí solo, ya es escalofriante. Su "empresa" de mutilación, descrita por el juez como "horripilante y espantosa", operaba a gran escala y representaba un peligro extremo para sus víctimas. Los detalles de sus prácticas, como cocinar y presuntamente consumir genitales, y conservar partes de los cuerpos como trofeos, son verdaderamente perturbadores y reflejan una mente profundamente enferma.

El fraude perpetrado por Hopper contra sus aseguradoras médicas, por una suma cercana al medio millón de libras esterlinas, añade otra dimensión a su personalidad. Su engaño, al alegar una "enfermedad misteriosa" y una sepsis para justificar la amputación, revela una frialdad calculadora y una falta de escrúpulos que contrasta con su profesión médica. La imagen del cirujano utilizando hielo seco para congelarse las piernas antes de la autoamputación es impactante y pone de manifiesto la determinación con la que llevó a cabo su plan.

La sentencia de dos años y ocho meses de prisión para Hopper puede parecer leve en comparación con la gravedad de sus actos y el daño causado. Sin embargo, más allá del castigo penal, la historia de Neil Hopper nos deja interrogantes inquietantes sobre la influencia de internet en comportamientos extremos, la fragilidad de la salud mental y la oscuridad que puede esconderse tras la fachada de respetabilidad. Este caso nos invita a reflexionar sobre la necesidad de una mayor vigilancia de los contenidos online y la importancia de brindar apoyo a quienes sufren trastornos mentales. La historia de Neil Hopper es un recordatorio de que la realidad puede superar con creces la ficción más terrorífica.

Fuente: El Heraldo de México