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9 de septiembre de 2025 a las 12:45
Celebremos 150 años de la Academia Mexicana
Adentrémonos en la fascinante historia de la Academia Mexicana de la Lengua, una institución que, a lo largo de siglo y medio, ha custodiado y enriquecido el idioma español en México. Desde su primera sesión, aquel 11 de septiembre de 1875, la entonces llamada Academia Mexicana abrazó no solo la lingüística y la literatura, sino también la historia, la filosofía, el derecho y la medicina, reconociendo que todo pensamiento se articula a través de la palabra. Al igual que su homóloga española, se erigió como la academia por excelencia, un referente en el vasto panorama intelectual mexicano.
Su nombre, evocador de la Academia platónica, la conecta con una tradición universal de saber, al tiempo que la arraiga en la tierra mexicana. Tras la independencia, México emprendió la compleja tarea de forjar su identidad cultural, un proceso inseparable de la lengua española, que convive y se enriquece con la multiplicidad de lenguas originarias que conforman nuestro patrimonio lingüístico. Precisamente para reflejar su labor fundamental, la institución incorporó a su nombre la palabra "Lengua", sintonizando así con las demás Academias que integran la Asociación de Academias de la Lengua Española, cuya génesis se remonta al primer Congreso de la Lengua Española, celebrado en México en 1951.
La Academia Mexicana de la Lengua, una de las instituciones más longevas del país, ha dedicado ciento cincuenta años al estudio, análisis y difusión del español en todas sus facetas, poniendo especial énfasis en las particularidades de su expresión oral y escrita en México, así como en su interacción con las lenguas originarias. Este estudio de la lengua, en su contexto plurilingüe, ha llevado a la Academia a explorar también la historia, la cultura, la idiosincrasia y todo aquello que el lenguaje expresa y contiene, conformando un crisol de saberes.
A lo largo de su historia sesquicentenaria, la Academia ha contado entre sus filas con destacadas figuras de la filología, la lingüística, la literatura, la historia, la filosofía y el derecho, un testimonio de su relevancia intelectual. Es importante destacar algunas características esenciales de esta institución:
Su autonomía como asociación civil, que recibe un subsidio gubernamental a través de la Secretaría de Educación Pública, se complementa con un patrimonio propio y el apoyo de diversas fundaciones. Si bien nació bajo el amparo de la Real Academia Española, tras el primer congreso de la lengua española celebrado en México, la relación filial se transformó en una relación fraternal de igualdad, reconociendo a la española como hermana mayor, prima inter pares. La colaboración entre las 23 academias que hoy conforman la ASALE se materializa en numerosos proyectos panhispánicos. Desde principios del siglo XXI, el trabajo conjunto se ha intensificado en obras como la Nueva gramática, la Ortografía, el Diccionario panhispánico de dudas y, de manera crucial, en la actualización del Diccionario de la lengua española, una obra de consulta indispensable que se ha abierto cada vez más a la inclusión de voces y acepciones provenientes de todos los países hispanohablantes.
La Academia Mexicana de la Lengua es, sin duda, una institución mexicana, dedicada al estudio del español en México y su relación con las lenguas indígenas, representando a la comunidad más numerosa de hispanohablantes: 130 millones de personas, uno de cada cuatro hablantes de español en el mundo, sin contar a aquellos que residen en Estados Unidos, muchos de los cuales enfrentan la presión de silenciar su lengua materna.
A pesar de su larga tradición, la Academia se mantiene a la vanguardia del conocimiento lingüístico y literario. Sus investigaciones exploran territorios inexplorados, expandiendo las fronteras del saber. Además, su compromiso social la impulsa a servir a la población mexicana a través de publicaciones que preservan la cultura nacional, la difusión del conocimiento lingüístico y literario en plataformas digitales, y la atención a las consultas de la población, tanto mexicana como extranjera, así como de instituciones académicas y organismos nacionales e internacionales.
Su apertura se manifiesta en el reconocimiento y estudio de las diversas modalidades lingüísticas de los hablantes mexicanos, ofreciendo recomendaciones de uso en consonancia con la norma mayoritaria y promoviendo un mejor conocimiento y utilización del idioma en el país y en el sistema educativo.
En definitiva, la Academia Mexicana de la Lengua es una institución que combina la tradición con la vitalidad de la juventud. Sus miembros, portadores de la sabiduría acumulada a lo largo de sus vidas, se identifican plenamente con el objeto de su estudio: la lengua, un organismo vivo, dinámico y en constante evolución.
Fuente: El Heraldo de México