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10 de septiembre de 2025 a las 00:20

Ahuyenta insectos con esta planta aromática

El Cymbopogon citratus, más conocido como hierba limón o lemongrass, no es solo una planta aromática que evoca frescura y un agradable toque cítrico, sino un verdadero tesoro multiusos que ha conquistado hogares y jardines alrededor del mundo. Desde su uso culinario hasta sus propiedades medicinales y repelentes, el lemongrass se presenta como una opción natural, ecológica y sorprendentemente versátil.

Originario de las cálidas y soleadas tierras del sur de Asia, específicamente de regiones como India y Sri Lanka, el lemongrass se adapta con facilidad a climas tropicales y subtropicales. De hecho, su crecimiento se ve favorecido por la exposición solar, cuanto más sol recibe, más vigorosa y rápidamente se desarrolla. A diferencia de otras especies vegetales que sufren con los cambios bruscos de temperatura, esta hierba parece alimentarse del sol, floreciendo con intensidad bajo sus rayos. Su cultivo es notablemente sencillo, incluso para aquellos que se inician en el mundo de la jardinería. Basta con sumergir los plantines en agua hasta que las raíces comiencen a brotar, para luego trasplantarlos a tierra o macetas con buen drenaje. Si bien no requiere cuidados excesivos, una poda ocasional y un riego constante, pero moderado, contribuyen a mantenerla sana y exuberante.

Uno de los atributos más destacados del lemongrass reside en su fragancia, un aroma cítrico y refrescante que proviene del citral, su principal componente. Mientras que para los humanos resulta un deleite olfativo, para los insectos, especialmente los mosquitos, es una verdadera molestia. Esta peculiaridad ha convertido al lemongrass en un repelente natural por excelencia, y es común encontrar macetas estratégicamente ubicadas cerca de ventanas, balcones y entradas de las casas, creando una barrera aromática contra estos indeseables visitantes, sobre todo durante las épocas de lluvia. Su eficacia como repelente ha llevado a su incorporación en la elaboración de productos caseros como velas aromáticas, sprays y repelentes naturales, ofreciendo una alternativa ecológica a los productos químicos convencionales.

Más allá de su función repelente, el lemongrass atesora una larga tradición en la medicina natural. Durante siglos, se ha utilizado para aliviar diversas dolencias, desde fiebres y resfriados leves hasta problemas digestivos. Una infusión preparada con sus hojas puede ayudar a reducir los gases, calmar los cólicos y promover un efecto relajante que favorece el descanso y el bienestar general. Incluso, se utiliza en baños calientes para aprovechar sus propiedades calmantes a través del vapor y la liberación de sus aceites esenciales, creando una experiencia terapéutica y aromática.

El lemongrass no se limita a ser un repelente y una planta medicinal. Sus propiedades antibacterianas y antifúngicas lo convierten en un valioso ingrediente para la elaboración de limpiadores caseros, contribuyendo a un hogar más limpio y saludable de forma natural. En el ámbito agrícola, se le reconoce como una "planta compañera", capaz de proteger los cultivos de plagas sin la necesidad de recurrir a pesticidas, promoviendo una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Cultivar lemongrass en casa es como tener un pequeño botiquín natural y aromático siempre a disposición. El simple gesto de cortar sus hojas desde la base, no solo estimula su crecimiento, sino que proporciona la materia prima para infusiones, repelentes y remedios caseros. Las hojas frescas se pueden conservar en la heladera o, si se prefiere, secarlas para un almacenamiento más prolongado. En un mundo donde la búsqueda de lo natural y sostenible cobra cada vez mayor relevancia, el lemongrass se erige como una opción práctica, versátil y hermosa que lo tiene todo: aroma, salud y protección. Una verdadera joya de la naturaleza al alcance de todos.

Fuente: El Heraldo de México