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10 de septiembre de 2025 a las 02:50

Abuelo de 88 años sufre derrame tras brutal asalto

La brutalidad del asalto a la joyería Kim Hung en San José ha conmocionado a la comunidad y ha puesto de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad de los pequeños negocios ante la creciente ola de delincuencia. Las imágenes del SUV destrozando la entrada del establecimiento, seguidas por la turba de encapuchados agrediendo al propietario de 88 años, son escalofriantes. No se trata solo del robo de joyas, cuyo valor asciende a una cifra aún no revelada, sino de la violencia gratuita ejercida contra un anciano, un miembro respetado de la comunidad que ha dedicado su vida a su negocio. El impacto emocional y físico en la víctima es inmenso: sufrir un derrame cerebral tras la agresión es una consecuencia devastadora que subraya la gravedad de este acto criminal.

Más allá de las pérdidas materiales, que se estiman entre 50,000 y 100,000 dólares solo en daños al local, sin contar el valor de las joyas sustraídas, se encuentra el drama humano. Un hombre de 88 años, cerca del final de su vida, ve su sustento y su legado violentados en cuestión de minutos. Las facturas médicas se suman a la carga económica, mientras que el trauma emocional es una herida que tardará mucho en sanar. El testimonio de un amigo cercano a la familia, que lamenta la situación de inseguridad que viven los comercios de la zona, refleja el sentimiento de impotencia y frustración que se respira en la comunidad. "Todos conocen la situación", afirma, palabras que resuenan con la amarga realidad de una ciudad que lucha contra la delincuencia.

La respuesta de las autoridades locales no se ha hecho esperar. El alcalde Matt Mahan ha expresado su indignación y ha prometido que los responsables serán llevados ante la justicia. La investigación está en marcha y se espera que la policía de San José pueda dar con los culpables. Sin embargo, la comunidad exige más que palabras. El concejal Bien Doan ha alzado la voz, pidiendo un cambio real y rechazando la normalización de la violencia. "Si este fuera tu familiar, si este fuera tu negocio…", interpeló Doan, poniendo el dedo en la llaga de una problemática que afecta a todos. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué medidas concretas se tomarán para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de sus negocios? ¿Cómo se puede prevenir que situaciones como esta se repitan? La solidaridad con la víctima y su familia es importante, pero la comunidad necesita soluciones a largo plazo que devuelvan la tranquilidad a las calles de San José. El robo a la joyería Kim Hung no es un caso aislado, es un síntoma de un problema mayor que requiere la atención y la acción de todos.

Fuente: El Heraldo de México