
9 de septiembre de 2025 a las 22:25
Abuelita heroína defiende a su perrito
La valentía de Shirley Pasamanick, una mujer de casi 70 años y apenas 41 kilos de peso, ha conmovido a la comunidad de Orlando, Florida. Su acto de arrojo al enfrentarse a un pitbull para defender a su pequeño terrier, Sparky, ha puesto en relieve la importancia de la responsabilidad con las mascotas y reavivado el debate sobre la seguridad pública en presencia de perros potencialmente peligrosos. Las imágenes del video de vigilancia del supermercado Plaza Tropical, donde ocurrió el incidente el 1 de septiembre, son impactantes. Muestran la ferocidad del ataque del pitbull, mucho más grande y fuerte que Sparky, y la desesperación de Pasamanick, quien primero intentó separar al animal con su bastón y luego, en un acto de puro instinto maternal, mordió al pitbull en el cuello para obligarlo a soltar a su mascota.
“Hice lo que pude”, declaró Pasamanick a los medios locales, con una humildad que contrasta con la magnitud de su valentía. Afortunadamente, Sparky sobrevivió al ataque con lesiones, y Pasamanick no sufrió heridas graves. Sin embargo, el incidente deja una profunda reflexión sobre la tenencia responsable de mascotas. La mujer aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la conciencia a todos los dueños de perros: "Es tu responsabilidad mantener a tu perro atado con la correa, donde tienes control total sobre él”. Sus palabras resuenan con fuerza, especialmente en un contexto donde los ataques de perros, lamentablemente, no son infrecuentes.
El caso de Sparky y Shirley Pasamanick no es un hecho aislado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportan millones de mordeduras de perro cada año en Estados Unidos, muchas de las cuales requieren atención médica. Y aunque no se debe estigmatizar a ninguna raza, es innegable que ciertas razas, como los pitbulls, aparecen con mayor frecuencia en los reportes de ataques graves, a menudo debido a características físicas como una mayor fuerza en la mordida y la tendencia a la "mordida de agarre". Esto ha llevado a la implementación de leyes de “razas peligrosas” en algunas regiones, una medida que genera controversia, ya que organizaciones como la American Veterinary Medical Association (AVMA) argumentan que la genética no es el único factor determinante en el comportamiento de un perro.
El debate se centra en la importancia del entrenamiento, la socialización y la responsabilidad del dueño. Expertos en comportamiento animal coinciden en que, si bien la genética puede influir, la educación y el entorno del animal son cruciales. Un pitbull criado con amor, entrenado adecuadamente y socializado correctamente, puede ser un compañero leal y cariñoso. Por el contrario, un perro de cualquier raza, criado en un ambiente de violencia o negligencia, puede desarrollar comportamientos agresivos.
Más allá de la discusión sobre razas específicas, la responsabilidad del dueño es fundamental. Mantener a los perros con correa en espacios públicos, usar bozal en animales con historial de agresividad, y asegurarse de que el perro esté bajo el control de alguien físicamente capaz de manejarlo son medidas básicas que pueden prevenir tragedias. El caso de Shirley Pasamanick nos recuerda que la seguridad de todos, tanto de las mascotas como de las personas, depende del compromiso y la responsabilidad de cada dueño. El Servicio de Animales del Condado de Orange investiga el incidente y se espera que se tomen las medidas pertinentes. Mientras tanto, la historia de Shirley y Sparky sirve como un recordatorio de la importancia de la tenencia responsable y la necesidad de crear espacios públicos seguros para todos.
Fuente: El Heraldo de México