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9 de septiembre de 2025 a las 18:05

12 Catedráticos, ahora Eméritos de la UANL

Doce vidas dedicadas a la enseñanza, doce faros que han iluminado el camino de generaciones de estudiantes en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Doce nombres que ahora se inscriben con letras doradas en la historia de la institución al recibir el máximo galardón académico: Profesor Emérito. No se trata simplemente de un reconocimiento a la longevidad, sino a la trascendencia. Más de 30 años dedicados no solo a impartir conocimientos, sino a forjar espíritus, a encender la llama de la curiosidad y a moldear el futuro de Nuevo León y de México. Imaginen la cantidad de alumnos que han pasado por sus aulas, las miles de horas de estudio, de preparación, de entrega incondicional a la noble tarea de educar. No solo han transmitido saberes, sino que han sembrado valores, han inspirado vocaciones y han contribuido a la construcción de una sociedad más justa y preparada.

El Teatro Universitario del Campus Mederos fue el escenario perfecto para este homenaje, un acto solemne que resonó con la emoción contenida de años de trabajo y dedicación. El Rector Santos Guzmán López, al imponer el birrete y entregar los diplomas y fistoles, no solo reconocía la trayectoria individual de cada uno de estos maestros, sino que refirmaba el compromiso de la UANL con la excelencia académica y la formación integral de sus estudiantes. Sus palabras, cargadas de significado, resonaron en el auditorio como un llamado a las nuevas generaciones de docentes a seguir el ejemplo de estos gigantes de la educación. "Ser Profesor Emérito no es solamente un título honorífico", afirmó el Rector, "es el reconocimiento a una vida dedicada a enseñar, a investigar y a formar generaciones de profesionales que hoy engrandecen a nuestra sociedad". Una frase que resume la esencia misma de este reconocimiento, la entrega absoluta a la vocación docente.

La Dra. Esthela del Socorro Medina Tamez, con la voz emocionada y la mirada llena de recuerdos, habló en nombre de sus colegas. Sus palabras, cargadas de sabiduría y experiencia, pintaron un vívido retrato de la profunda conexión entre docentes y alumnos. "La interacción constante entre docentes y estudiantes no solo fortalece el proceso de aprendizaje, sino que también promueve la innovación educativa", explicó la Dra. Medina Tamez. Su testimonio, avalado por más de cuatro décadas de servicio en la Preparatoria 23, es un ejemplo palpable de la evolución y el crecimiento de la UANL. Desde 1983, ha sido testigo de la transformación de la institución, de la adaptación a los nuevos tiempos y de la constante búsqueda de la excelencia.

La Dra. Medina Tamez destacó la importancia de valores como la excelencia académica y la responsabilidad social, pilares fundamentales en la formación integral que ofrece la UANL. Valores que se transmiten no solo en las aulas, sino también a través de la investigación, la vinculación con la comunidad y el fomento de la sustentabilidad. "Confío en que mi vocación haya contribuido con un granito de arena en cada uno de mis estudiantes para llevarlos a tener un destino más promisorio", expresó con humildad. Un granito de arena que, multiplicado por doce y por las miles de vidas que han tocado, se convierte en una montaña de conocimiento, en un legado invaluable para la sociedad.

Este reconocimiento a los 12 nuevos Profesores Eméritos es un recordatorio de la importancia de la educación y del papel fundamental que juegan los maestros en la construcción de un futuro mejor. Es un homenaje a la dedicación, a la pasión por el conocimiento y al compromiso con la formación de las nuevas generaciones. Es, en definitiva, una celebración del espíritu universitario y de la búsqueda incansable de la verdad y el saber. Un legado que se perpetuará en las aulas y en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de aprender de estos maestros excepcionales.

Fuente: El Heraldo de México