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8 de septiembre de 2025 a las 22:15

Sueño CUMpleto: El Metro me tituló

El rugir metálico del Metro, ese sonido que para algunos es sinónimo de caos y aglomeraciones, para miles de estudiantes del Estado de México es la melodía que acompaña sus sueños. Es el latido constante de una oportunidad, el puente que conecta sus hogares con las aulas de Ciudad Universitaria, un santuario del conocimiento al que, sin este coloso subterráneo, muchos no podrían acceder. La historia de Mariana, la tiktoker que agradeció al STC Metro por ayudarla a titularse, no es un caso aislado, sino el reflejo de una realidad palpable para miles de jóvenes mexiquenses. Su testimonio, viralizado en la plataforma digital, desató una ola de agradecimientos similares, historias de perseverancia entrelazadas con los rieles del Metro, un crisol de experiencias que demuestran la importancia vital de este sistema de transporte en la construcción de futuros.

Imaginemos la travesía: el despertador suena antes del amanecer, el desayuno apresurado, la mochila cargada de libros y la esperanza de un futuro mejor. Comienza entonces el peregrinaje, primero en autobús, en combi o a pie, para finalmente llegar a la estación del Metro, ese portal que los transporta a un mundo de posibilidades. Vagón tras vagón, entre la multitud, se dibujan rostros cansados pero decididos, jóvenes que sacrifican horas de sueño y descanso para perseguir sus metas académicas. Cada parada es un paso más cerca de la universidad, cada traqueteo una reafirmación de su compromiso con la educación.

El Metro no solo les permite llegar a Ciudad Universitaria, sino que también se convierte en un espacio de estudio improvisado, un lugar donde repasar apuntes, leer un capítulo o simplemente reflexionar sobre lo aprendido. Es un microcosmos social donde convergen estudiantes de diversas carreras, cada uno con sus propias aspiraciones, pero unidos por un objetivo común: superarse. En ese ir y venir subterráneo, se forjan amistades, se comparten experiencias y se teje una red de apoyo que les permite afrontar los retos de la vida universitaria.

La cifra de 80,075 estudiantes mexiquenses matriculados en la UNAM en 2022, según Data México, es una prueba contundente del impacto del Metro en la educación superior. Son miles de historias de éxito que se escriben día a día gracias a la accesibilidad que ofrece este sistema de transporte. Historias que, como la de Mariana, nos recuerdan la importancia de invertir en infraestructura pública que impulse el desarrollo y la movilidad social. El Metro no es solo un medio de transporte, es un vehículo de sueños, una arteria vital que conecta a miles de jóvenes con la promesa de un futuro brillante. Es, en definitiva, un símbolo de esperanza para quienes buscan un mejor porvenir a través de la educación. Y aunque el trayecto sea largo y a veces agotador, la satisfacción de llegar a la meta, con el título universitario en mano, hace que cada viaje en Metro valga la pena. Es el precio del conocimiento, el costo de la superación, un peaje que se paga con gusto, sabiendo que al final del camino espera un futuro lleno de posibilidades.

Fuente: El Heraldo de México