Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Geopolítica

8 de septiembre de 2025 a las 09:41

Pekín vs. ONU: ¿Quién manda?

El imponente desfile militar en Beijing no fue simplemente una exhibición de músculo militar, sino una declaración de intenciones geopolíticas con implicaciones que resuenan a nivel global. La presencia de líderes de Estados, muchos de ellos con cuestionables historiales en materia de derechos humanos, junto a Xi Jinping, dibuja un escenario complejo y preocupante. Más allá del despliegue de armamento, la imagen proyecta la consolidación de un bloque de poder con una visión alternativa al orden internacional liderado por Occidente. No se trata de una simple coincidencia la convocatoria a pocos días del aniversario de la ONU, una organización que, a pesar de sus esfuerzos y logros —como el impacto positivo en la vida de millones de personas reflejado en el UN80 Report— se encuentra en una encrucijada, debatiéndose entre la burocracia y la ineficacia ante los conflictos globales.

La paradoja es evidente: mientras la ONU se esfuerza por mantener la paz y la cooperación internacional, el desfile militar chino, con la presencia de líderes como Kim Jong-un, bajo sanciones del Consejo de Seguridad, subraya las grietas y la fragilidad del sistema multilateral. La baja participación de estos mismos líderes en el Debate General de Alto Nivel plantea serias dudas sobre su compromiso real con la diplomacia y la resolución pacífica de conflictos. ¿Se trata de una apuesta por un nuevo orden internacional, con sus propias reglas y alianzas, o simplemente una estrategia de presión frente a Occidente?

La fotografía de Xi Jinping, Vladimir Putin y Kim Jong-un evoca fantasmas del pasado, recordando el Pacto Tripartito que precipitó al mundo a una guerra devastadora. Si bien es cierto que aún no existe un acuerdo formal entre China, Rusia y Corea del Norte, la sintonía ideológica y la convergencia de intereses son innegables. La "coincidencia estratégica flexible", como algunos la denominan, podría evolucionar hacia una alianza más sólida, con consecuencias impredecibles para el equilibrio de poder global.

América Latina, tradicionalmente alejada de los epicentros de tensión geopolítica, no es inmune a estas transformaciones. La consolidación de un bloque liderado por China y Rusia podría traducirse en una mayor polarización diplomática en la región, con presiones para alinearse con uno u otro bando, limitando las posibilidades de mantener una postura neutral y aprovechar las ventajas del multilateralismo. La dependencia económica de algunos países latinoamericanos de China podría exacerbar esta situación, convirtiéndose en un factor de vulnerabilidad frente a las presiones geopolíticas.

El futuro del sistema internacional se presenta incierto y lleno de desafíos. La ONU, con sus limitaciones y contradicciones, sigue siendo un espacio esencial para el diálogo y la cooperación. Sin embargo, la emergencia de nuevos polos de poder, con visiones alternativas al orden establecido, exige una reflexión profunda sobre el papel de la diplomacia y la necesidad de fortalecer los mecanismos de resolución pacífica de conflictos. El desfile militar en Beijing, más que una simple demostración de fuerza, es una señal de alarma que no podemos ignorar.

Fuente: El Heraldo de México