
9 de septiembre de 2025 a las 02:25
Multas por cohetes este 15 de Septiembre en Jalisco
La tradición de la pirotecnia en México, una danza de luces y sonido que adorna nuestras fiestas y celebraciones, se encuentra en una encrucijada entre la costumbre y la responsabilidad cívica. Mientras el estruendo de los cohetes resuena como un eco de nuestras raíces, la realidad es que su uso indiscriminado puede acarrear consecuencias que van más allá de la simple festividad. En Jalisco, el corazón de la charrería y el tequila, las autoridades municipales han implementado una serie de regulaciones para controlar el uso de la pirotecnia, buscando un equilibrio entre la preservación de las tradiciones y la protección del bienestar común.
Desde la vibrante costa de Puerto Vallarta hasta los campos tequileros de Tequila, pasando por la bulliciosa metrópoli de Zapopan y el histórico municipio de Tonalá, las ordenanzas municipales establecen multas y sanciones para quienes detonen fuegos pirotécnicos sin los permisos correspondientes. Aunque la Ley Federal de Pirotecnia se enfoca en la venta y almacenamiento de estos productos, la responsabilidad de regular su uso recae en los gobiernos locales, quienes a través de sus Reglamentos de Policía y Buen Gobierno, buscan minimizar los riesgos asociados a esta práctica.
Es importante destacar que la detonación de cohetes no se considera un delito, sino una falta administrativa. Sin embargo, esto no minimiza la importancia de acatar las normativas. Las multas pueden ascender a miles de pesos y, en algunos casos, implicar horas de arresto. El Juzgado Cívico es la instancia encargada de determinar la sanción correspondiente a cada infracción, evaluando las circunstancias particulares de cada caso.
Más allá de las sanciones económicas y administrativas, el uso irresponsable de la pirotecnia tiene un impacto significativo en el medio ambiente, la ecología y la salud. La contaminación acústica generada por las explosiones afecta la fauna local, perturbando el sueño y los patrones de comportamiento de diversas especies. Asimismo, los residuos de pólvora y otros componentes químicos contribuyen a la contaminación del aire, afectando la calidad del aire que respiramos. Y no podemos olvidar el riesgo de incendios, especialmente en zonas con vegetación seca, que pueden tener consecuencias devastadoras.
La salud humana también se ve afectada por el uso indiscriminado de pirotecnia. Las explosiones pueden causar daños auditivos, especialmente en niños y personas mayores. Además, la inhalación de humo y partículas puede agravar problemas respiratorios preexistentes. En casos extremos, el manejo inadecuado de los fuegos artificiales puede provocar quemaduras y otras lesiones físicas.
Por lo tanto, la próxima vez que escuchemos el llamado de la tradición pirotécnica, recordemos que la responsabilidad cívica es fundamental para disfrutar de estas celebraciones de manera segura y respetuosa con nuestro entorno. Informémonos sobre las regulaciones locales y procuremos obtener los permisos necesarios antes de encender cualquier tipo de fuego artificial. De esta manera, podremos preservar nuestras tradiciones sin poner en riesgo nuestra salud, la de nuestros vecinos y la del medio ambiente. La convivencia armoniosa entre la cultura y la responsabilidad es posible, y depende de cada uno de nosotros hacerla realidad. Recordemos que la verdadera fiesta es aquella que celebramos con respeto y consciencia.
Fuente: El Heraldo de México