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9 de septiembre de 2025 a las 02:25

El Misterio de Abraham Pérez: ¿Víctima o culpable?

La sombra de la sospecha se cierne sobre la muerte del capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez, jefe de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado este lunes 8 de septiembre. La escueta comunicación emitida por la Secretaría de Marina – Armada de México, lamentando el “sensible fallecimiento” y ofreciendo apoyo a la familia, deja un vacío de información que alimenta las especulaciones. Precisamente la falta de detalles sobre las circunstancias del deceso, contrasta con la gravedad de las acusaciones que pesaban sobre el capitán Pérez Ramírez, señalado como presunto receptor de sobornos dentro de la compleja red de "huachicol fiscal" que involucra a altos mandos navales.

La coincidencia temporal entre el hallazgo del cuerpo y las recientes declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre la "cero impunidad" en los casos de huachicol fiscal, añade otra capa de intriga a este caso. Sheinbaum Pardo, en la conferencia matutina del mismo lunes, reafirmó el compromiso de su gobierno con la investigación y sanción de los responsables, destacando la detención de 14 personas relacionadas con esta trama de corrupción. Si bien no se ha establecido una conexión directa entre la muerte del capitán y las detenciones, la proximidad de ambos eventos inevitablemente genera interrogantes.

La figura del capitán Pérez Ramírez emerge de entre las sombras de la investigación como un eslabón crucial en la cadena de corrupción. Su ausencia en la ceremonia del 40 Aniversario del Puerto de Altamira, el pasado 2 de junio, ya había levantado sospechas. Aunque no existía una orden de aprehensión en su contra, su nombre resonaba en los pasillos de la investigación, vinculado a la estructura liderada por el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y el contralmirante Fernando Farías. Millones de pesos en sobornos, una red de complicidades que se extiende desde las altas esferas de la Marina hasta empresarios y funcionarios de Aduanas, un escenario turbio donde la muerte del capitán Pérez Ramírez se convierte en una pieza más de este complejo rompecabezas.

La investigación, lejos de concluir, parece adentrarse en un laberinto de secretos y poder. Los recientes hallazgos de ferrotanques con combustible ilícito provenientes de Estados Unidos, mencionados por la presidenta Sheinbaum Pardo, demuestran la magnitud de la operación y la sofisticación de las redes de tráfico ilegal. ¿Qué sabía el capitán Pérez Ramírez? ¿Su muerte está relacionada con las revelaciones que podrían haber salido a la luz? ¿Fue silenciado para proteger a otros implicados? Las preguntas se acumulan, mientras la incertidumbre se cierne sobre el caso.

La Secretaría de Marina, en su breve comunicado, se limita a ofrecer condolencias y apoyo a la familia. Sin embargo, la sociedad exige transparencia y un esclarecimiento total de los hechos. La muerte del capitán Pérez Ramírez no puede quedar relegada a una simple nota al pie de página en la crónica del huachicol fiscal. Es imperativo que las autoridades lleven a cabo una investigación exhaustiva, que despeje todas las dudas y que los responsables, sean quienes sean, enfrenten las consecuencias de sus actos. Solo así se podrá restaurar la confianza en las instituciones y enviar un mensaje claro: la impunidad no tiene cabida en México.

Fuente: El Heraldo de México