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7 de septiembre de 2025 a las 07:35

¡Taylor Swift mueve la tierra!

La euforia por Taylor Swift sigue resonando, no solo en nuestros corazones, sino también en la propia tierra. Mucho se ha especulado sobre la energía desbordante de los “Swifties” y su capacidad para mover multitudes, pero ¿quién imaginaría que podrían mover… ¡el suelo? Un reciente estudio del Instituto de Estudios Avanzados de Dublín y el Trinity College, publicado en el prestigioso International Journal of Science Education, confirma lo que muchos intuíamos: la pasión Swiftie es una fuerza telúrica.

Recordemos que el fenómeno “SwiftQuake”, una ingeniosa fusión entre el apellido de la estrella y la palabra “terremoto” en inglés, captó la atención mundial tras los conciertos en el Lumen Field de Seattle en 2023. La comunidad científica, intrigada por la posibilidad de que una masa de fans pudiera generar actividad sísmica, se lanzó a la investigación, dando origen a la “Swift Seismology”, una rama emergente de la geofísica que ha seguido la gira de Taylor por el mundo. En Dublín, la expectación era palpable. Los investigadores, equipados con 42 sismómetros distribuidos estratégicamente alrededor del Estadio Aviva, se prepararon para registrar el impacto sísmico de los conciertos. La Red Sísmica Nacional Irlandesa (INSN) proporcionó datos de referencia para comparar las vibraciones generadas por la multitud con la actividad sísmica habitual.

Los resultados son fascinantes. Canciones emblemáticas como “Shake it Off” provocaron picos de actividad sísmica medibles, confirmando que la energía de los fans, canalizada a través de saltos, bailes y gritos de emoción, se transmitía al suelo, generando vibraciones detectables por los instrumentos. Imaginen la potencia de miles de personas moviéndose al unísono, unificadas por la música y la admiración por un ícono pop. Es una imagen poderosa, ¿no es cierto? Y ahora, gracias a la ciencia, tenemos la prueba tangible de esa fuerza colectiva.

Eleanor Dunn, investigadora del Instituto de Estudios Avanzados de Dublín, describe el proyecto como una oportunidad única para tender un puente entre la cultura pop y la ciencia. Destaca la entusiasmo de los Swifties por comprender cómo su energía se traducía en ondas sísmicas, demostrando que la ciencia puede ser accesible y apasionante, incluso en el contexto de un concierto multitudinario. La participación del público se vuelve fundamental, transformando a los fans en colaboradores activos del descubrimiento científico.

Joseph Roche, coautor del estudio, subraya el carácter interdisciplinario de la investigación, combinando la sismología con la comunicación científica y los estudios sobre celebridades. Destaca la pasión de Eleanor Dunn, una "Swiftie" declarada, como motor de la investigación, un ejemplo inspirador de cómo las pasiones personales pueden impulsar descubrimientos científicos relevantes. Roche incluso aventura que la propia Taylor Swift se convertirá en fan de esta investigación, cerrando así un círculo virtuoso entre la música, la ciencia y el fandom.

El “SwiftQuake” nos invita a reflexionar sobre el poder de la música y la capacidad de las multitudes para generar un impacto, literal y metafóricamente. Más allá de la anécdota, este estudio abre nuevas vías para la investigación y nos recuerda que la ciencia puede encontrarse en los lugares más inesperados, incluso en el corazón de un concierto de Taylor Swift.

Fuente: El Heraldo de México