
6 de septiembre de 2025 a las 16:35
¿Oferta de trabajo o trampa mortal?
La inquietud crece en Amozoc, Puebla, donde la sombra de la desaparición se cierne sobre al menos 12 personas desde el pasado 11 de agosto. Un escalofriante patrón conecta estos casos: la promesa de un trabajo en Jalisco, una vestimenta específica (camisa y pantalón de mezclilla) y un silencio posterior que ha desatado la angustia de sus familias. La Fiscalía General del Estado, consciente de las alarmantes coincidencias, ha abierto una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y, sobre todo, traer de vuelta a los desaparecidos.
El aire se llena de incertidumbre y especulaciones. La similitud en los relatos de los familiares, la vestimenta requerida y el destino prometido apuntan hacia una posible trampa, un reclutamiento forzado por parte de organizaciones criminales. La mención de Jalisco, un estado marcado por la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), alimenta la hipótesis de que estos hombres podrían haber sido víctimas de este poderoso grupo delictivo.
La angustia de las familias se multiplica con cada día que pasa sin noticias. Las fichas de búsqueda emitidas por la Fiscalía se comparten con desesperación en redes sociales, con la esperanza de que alguien, en algún lugar, tenga información que pueda conducir a su paradero. La incertidumbre se convierte en un tormento, una agonizante espera que consume las fuerzas y la esperanza.
Amozoc, un municipio que antes se caracterizaba por su tranquilidad, ahora se encuentra bajo el foco de la atención nacional. El dato revelador del Registro de Personas Desaparecidas y No Localizadas del Estado de Puebla, que coloca a Amozoc como el quinto municipio con mayor número de hombres desaparecidos, pone de manifiesto una problemática que va más allá de estos 12 casos. ¿Qué factores hacen de este municipio un terreno fértil para la desaparición? ¿Existe una red de complicidades que opera impunemente? Estas son preguntas que exigen respuestas urgentes.
Las declaraciones de víctimas de otros estados, como Michoacán, Guerrero y Estado de México, dibujan un panorama aún más desolador. Relatan cómo grupos criminales, como el CJNG y La Nueva Familia Michoacana (LNFM), se aprovechan de la vulnerabilidad de jóvenes y adultos en situación de pobreza y desempleo, ofreciéndoles falsas promesas de trabajo para luego forzarlos a integrarse a sus filas. Esta práctica, lamentablemente común en diversas regiones del país, expone la fragilidad del tejido social y la necesidad de implementar estrategias efectivas para combatir la impunidad y proteger a los más vulnerables.
La investigación en curso debe ser exhaustiva y transparente. Es crucial que las autoridades destinen todos los recursos necesarios para dar con el paradero de los desaparecidos de Amozoc y llevar ante la justicia a los responsables. La sociedad exige respuestas, justicia para las víctimas y un compromiso real por parte del Estado para prevenir que estas tragedias se repitan. La lucha contra la desaparición forzada es una lucha por la dignidad humana, una lucha que nos compete a todos.
Fuente: El Heraldo de México