
6 de septiembre de 2025 a las 09:15
¿Jueces o verdugos en Berlín?
Adentrémonos en la fascinante historia de "Hay jueces en Berlín", una frase que resuena con la promesa de justicia y la defensa del estado de derecho. Mucho más que una simple anécdota sobre un molinero desafiante y un rey obligado a acatar la ley, esta historia se erige como un símbolo poderoso, un recordatorio constante de la importancia de un sistema judicial independiente y capaz de frenar los abusos del poder, sin importar cuán alto se encuentre.
La imagen del molinero, firme ante la amenaza del monarca, nos evoca la valentía de los individuos que se atreven a enfrentarse a la arbitrariedad. Su confianza en la existencia de "jueces en Berlín", una instancia superior capaz de impartir justicia, representa la esperanza de una sociedad donde el derecho prevalece sobre la fuerza bruta. Pero, ¿cuánto hay de realidad y cuánto de mito en esta historia? José Esteve Pardo, en su perspicaz ensayo "Hay jueces en Berlín. Un cuento sobre el control judicial del poder", nos invita a desentrañar las complejidades que se esconden tras la leyenda.
A través de un riguroso análisis histórico, Esteve Pardo examina tres casos emblemáticos en los que la judicatura osó desafiar la autoridad del soberano: la resistencia del Justicia de Aragón frente a Felipe II, el juicio a Carlos I en Inglaterra y el proceso contra Luis XVI en Francia. Estos ejemplos, lejos de ser meras curiosidades históricas, revelan la intrincada relación entre el poder político y la justicia, una lucha constante por el dominio y el control.
Lejos de la visión romántica de los jueces como héroes infalibles, el autor nos presenta una perspectiva más matizada, reconociendo la fragilidad del sistema judicial y las presiones a las que se ve sometido. El control judicial, nos advierte, no es una conquista irreversible, sino un proceso en constante evolución, susceptible de avances y retrocesos. La historia nos muestra cómo, en diferentes momentos, el poder ha intentado cooptar la justicia, vaciándola de contenido y convirtiéndola en una herramienta para sus propios fines.
La lección fundamental que nos deja el libro de Esteve Pardo es la necesidad de mantener una mirada crítica y vigilante sobre el sistema judicial. "Berlín", nos recuerda, no es una garantía absoluta de justicia, sino un reflejo de nuestras propias expectativas. La existencia de jueces no es suficiente; es crucial asegurar su independencia y capacidad para actuar con imparcialidad, protegiendo los derechos de todos los ciudadanos, incluso frente a los poderosos.
En un mundo donde la concentración del poder y los abusos de autoridad siguen siendo una realidad, la historia de "Hay jueces en Berlín" cobra una especial relevancia. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de fortalecer las instituciones democráticas, promoviendo una cultura de respeto al estado de derecho y garantizando que la justicia sea accesible para todos, sin importar su posición social o económica. La lucha por un sistema judicial independiente y eficaz es una tarea continua, una responsabilidad compartida por todos los ciudadanos.
Fuente: El Heraldo de México