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7 de septiembre de 2025 a las 02:45

Gatito fugitivo, ¡de fiesta en un bar!

¡Increíble! La historia de Peanut, el gato aventurero, nos ha robado el corazón a todos. Este minino atigrado, con su espíritu intrépido, nos demuestra que la curiosidad felina no conoce límites, ¡ni siquiera los 48 kilómetros que separan Lincolnshire de Nottingham! Imaginen la escena: Peanut, con su mirada astuta, decidiendo que su hogar en Lincolnshire le quedaba pequeño. ¿Quién necesita una cómoda cesta cuando tienes todo un condado por explorar? Y no cualquier condado, sino uno que lo llevaría a la meca de la cerveza artesanal: ¡Nottingham! No sabemos cómo lo hizo, pero nuestro protagonista felino, con una astucia digna de un agente secreto, se las ingenió para colarse en una camioneta de la cervecería Castle Rock. ¿Se escondió entre los barriles? ¿Engatusó al conductor con su irresistible encanto gatuno? El misterio permanece, añadiendo aún más intriga a esta fascinante aventura.

Y así, Peanut, rebautizado como "Screech" por su melodiosa voz –imaginamos un maullido con un ligero toque de acento británico–, se convirtió en la sensación del "Vat & Fiddle". Días de gloria para nuestro pequeño héroe: siestas al sol en el jardín del bar, observando con aire de conocedor el ir y venir de los clientes, recibiendo mimos y atenciones por parte del personal… ¡La vida de un rey! Mientras tanto, en Lincolnshire, Sam y Charley, sus dueños, vivían una auténtica pesadilla. La angustia de la desaparición de su mascota, la búsqueda incansable en redes sociales, la esperanza menguando con cada día que pasaba… Podemos sentir su alivio, casi palpable, al recibir la llamada del veterinario. Un alivio mezclado con incredulidad, claro, porque ¿quién podría imaginar que su gato estaría disfrutando de la buena vida en un pub a kilómetros de distancia?

La historia podría haber terminado ahí, con un final feliz y un Peanut de regreso en casa. Pero nuestro protagonista, fiel a su espíritu libre, tenía otros planes. El collar con su nombre y dirección, un intento de sus dueños por evitar futuras escapadas, fue rechazado con la vehemencia felina que todos conocemos. Un claro mensaje: "¡Yo no necesito etiquetas! ¡Yo soy Peanut, el gato viajero!" Y, como si de un desafío se tratara, desapareció de nuevo, dejando a Sam y Charley con el corazón en un puño. Pero la historia no termina aquí, ¡no señor! Dos días después, una nueva llamada, esta vez del "Vat & Fiddle". Peanut había vuelto, como si el bar fuera un imán irresistible para su alma aventurera. ¿Cómo lo hizo? ¿Otro viaje clandestino en una camioneta? ¿Un GPS felino secreto? ¿O simplemente un olfato excepcional para la buena cerveza? Las teorías abundan, pero la verdad, como suele ocurrir con los gatos, permanece envuelta en un halo de misterio.

Danny Storer, gerente del pub, lo tiene claro: Peanut es un "cliente habitual", un miembro más de la familia "Vat & Fiddle". Y, aunque Sam y Charley seguramente no estén tan encantados con las andanzas de su mascota, no podemos evitar sonreír ante la imagen de Peanut, el gato aventurero, disfrutando de su doble vida entre Lincolnshire y Nottingham. Una historia que nos recuerda que, a veces, la realidad supera la ficción, y que los gatos, con su independencia y su espíritu libre, siempre nos sorprenderán.

Fuente: El Heraldo de México