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7 de septiembre de 2025 a las 02:25
¡Arañas arruinan boda!
Imagina la escena: el aroma de las flores, la música suave, la anticipación en el aire. Un día perfecto, el día soñado, el día en que dos almas se unen para siempre. El vestido blanco, impecable, radiante. El traje del novio, elegante, a la altura de la ocasión. Familiares y amigos, testigos del amor, con sonrisas cómplices y lágrimas de felicidad contenida. El juez, con su voz solemne, a punto de pronunciar las palabras mágicas que sellarán el destino de la pareja. Y justo en ese instante, en el clímax del romance, en la cúspide de la emoción… una lluvia. No de pétalos de rosa, no de confeti, no de arroz. Una lluvia de arañas.
Sí, leyeron bien. Arañas. Cientos, quizás miles, de pequeñas criaturas de ocho patas descendiendo del antiguo techo, como una macabra cascada, directamente sobre los desprevenidos asistentes. Imaginen el contraste: la delicadeza del encaje, la suavidad del velo, la blancura inmaculada del vestido de la novia… y sobre todo ello, el negro brillante de los cuerpos arácnidos, sus patas peludas moviéndose con inquietante rapidez.
El silencio expectante se rompió en mil pedazos. El grito ahogado de la novia, la exclamación de sorpresa de los invitados, el murmullo que rápidamente se convirtió en un clamor de horror. El video, que ya es viral, muestra la escena con crudeza: la novia, presa del pánico, huyendo despavorida, su velo ondeando tras ella como un fantasma. El novio, petrificado por un instante, intentando comprender lo que acaba de suceder. El juez, con la boca abierta, en una expresión de incredulidad que rivaliza con la de todos los presentes.
La escena, digna de una película de terror, contrasta con la belleza del lugar. Un edificio antiguo, lleno de historia, con sus techos altos y sus vigas de madera… un escenario perfecto para una boda romántica, o al menos eso parecía. ¿Quién iba a imaginar que en sus recovecos se escondía una colonia de arañas esperando el momento justo para hacer su dramática aparición? Quizás la antigüedad del edificio, su arquitectura intrincada, sus rincones oscuros y olvidados, crearon el ambiente propicio para que estos pequeños seres tejieran sus telas y se multiplicaran, pasando desapercibidos hasta ese preciso instante, el instante del "sí, quiero".
La anécdota, sin duda, se convertirá en una leyenda familiar. La boda de las arañas, la llamarán. Una historia que contarán una y otra vez, con una mezcla de horror y humor, recordando cómo el día más feliz de sus vidas se transformó en una escena surrealista, una comedia de errores con un toque macabro. Y la novia, ¿qué será de ella? ¿Logrará superar el trauma arácnido? ¿Podrá volver a ver una araña sin sentir escalofríos? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, la imagen de la novia huyendo, con su vestido blanco manchado por la sombra de las arañas, seguirá circulando por las redes sociales, un recordatorio de que incluso en los momentos más planificados, la naturaleza, en su impredecible majestuosidad, siempre puede sorprendernos. Y a veces, aterrarnos.
Fuente: El Heraldo de México