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6 de septiembre de 2025 a las 17:30
Alerta Sísmica: ¿Dónde fue el epicentro hoy?
La tierra volvió a rugir en la madrugada del sábado, recordándonos la constante actividad sísmica que caracteriza a nuestro país. Dos sismos, uno de magnitud 4.3 en Veracruz y otro de 4.2 en Chiapas, sacudieron la tranquilidad de las primeras horas, aunque sin la intensidad necesaria para activar la alerta sísmica. Estos eventos, si bien perceptibles, nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la prevención y la constante monitorización de la actividad telúrica.
El sismo veracruzano, con epicentro a 62 km al sur de Las Choapas, alcanzó una profundidad considerable de 56.6 km. Esta profundidad, si bien atenuó la intensidad en la superficie, nos recuerda la complejidad de los procesos geológicos que se desarrollan bajo nuestros pies. Imaginemos la energía liberada a esa profundidad, propagándose a través de las capas terrestres hasta alcanzar la superficie. Es un recordatorio de la inmensa potencia de la naturaleza y la necesidad de estar preparados.
Por otro lado, el sismo chiapaneco, de magnitud 4.2, tuvo su origen a 87 km al suroeste de Tapachula, a una profundidad significativamente menor de 21.8 km. Esta diferencia en la profundidad, aunque ambos sismos tuvieron magnitudes similares, influye en la forma en que se perciben las ondas sísmicas en la superficie. Un sismo más superficial, como el de Chiapas, puede generar movimientos más bruscos en un área más localizada, mientras que uno más profundo, como el de Veracruz, se propaga con menor intensidad pero a una distancia mayor.
Es importante destacar que, aunque estos eventos no activaron la alerta sísmica, no debemos subestimar la importancia de estar informados y preparados. El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) opera bajo estrictos protocolos, analizando la magnitud y la distancia del epicentro para determinar si la alerta es necesaria. La distancia a la que se encuentra el epicentro es crucial para la activación de la alerta: a mayor distancia, mayor debe ser la magnitud para que se considere una amenaza significativa para las zonas pobladas. En este caso, ninguno de los sismos cumplió con los parámetros para la activación, brindando una explicación clara y concisa del funcionamiento del sistema.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN), con su incansable labor de monitoreo, registró hasta el 5 de septiembre la asombrosa cifra de 24,682 sismos en lo que va del 2025. Esta cifra, aunque pueda parecer alarmante, es un reflejo de la intensa actividad sísmica en nuestro país. La mayoría de estos eventos son de baja magnitud, imperceptibles para nosotros, pero esenciales para comprender la dinámica de la Tierra. El SSN, al proporcionarnos estos datos, nos permite tener una visión más completa del panorama sísmico y nos recuerda la importancia de la investigación científica para la prevención y mitigación de riesgos.
Recordemos que un sismo, como lo explica el Instituto de Geofísica de la UNAM, es la liberación repentina de energía acumulada por el movimiento de las placas tectónicas. Imaginemos la Tierra como un rompecabezas gigante, con piezas en constante movimiento. Estas piezas, las placas tectónicas, interactúan entre sí, acumulando energía hasta que finalmente se libera en forma de ondas sísmicas. Es un proceso natural, inevitable, pero podemos estar preparados. Informémonos, participemos en simulacros y tengamos siempre presente la importancia de la prevención. La tierra seguirá temblando, pero nuestro conocimiento y preparación pueden marcar la diferencia.
Fuente: El Heraldo de México