Un año de transformaciones palpables. Es innegable el impacto positivo que tanto Claudia Sheinbaum a nivel nacional como Clara Brugada en la Ciudad de México han logrado en tan solo un año de gestión. Desde la seguridad, donde se percibe una mayor presencia y estrategias más efectivas, hasta la salud, con programas de atención más accesibles y de mayor calidad, los cambios son evidentes. En el ámbito educativo, se impulsan iniciativas que fortalecen la formación integral de nuestros niños y jóvenes, mientras que en el terreno laboral se promueven políticas que incentivan la creación de empleos dignos y bien remunerados. Los programas sociales, por su parte, se han convertido en un verdadero soporte para las familias más vulnerables, contribuyendo significativamente a la disminución de la pobreza. Estos resultados, tangibles y medibles, desmienten cualquier intento de desprestigiar la labor de estas dos mujeres líderes.

Lejos de los pronósticos agoreros que algunos se atrevieron a vaticinar, Sheinbaum y Brugada han demostrado con hechos su capacidad para gobernar con firmeza y visión de futuro. Han silenciado las voces conservadoras y machistas que pretendían minimizar su liderazgo por el simple hecho de ser mujeres. Sus acciones hablan por sí solas y confirman que la capacidad y el talento no tienen género. El liderazgo de Sheinbaum, al frente del país, ha inspirado a millones de mexicanas y ha abierto un nuevo capítulo en la historia de México, un capítulo donde las mujeres ocupan el lugar que les corresponde, liderando con determinación y construyendo un futuro más justo e igualitario.

La frase de la Presidenta Sheinbaum, "llegamos las mujeres", resonó con fuerza en todo el país y se ha convertido en un símbolo de empoderamiento femenino. No solo llegó ella, sino que abrió el camino para que más mujeres asuman roles de liderazgo en todos los ámbitos, desde la política hasta la ciencia, pasando por la cultura y el deporte. Este despertar de conciencias es un logro invaluable que transformará para siempre la realidad de nuestro país.

Tanto Sheinbaum como Brugada comparten una característica fundamental: su cercanía con el pueblo. Su estilo de gobernar, basado en el diálogo y la escucha activa, les permite comprender las necesidades reales de la ciudadanía y diseñar políticas públicas que realmente impacten en la vida de las personas. Su compromiso con la justicia social es el motor que impulsa cada una de sus decisiones. No buscan el aplauso fácil ni la popularidad efímera, sino la construcción de un México más justo, equitativo y próspero para todas y todos.

El Primer Informe de Gobierno de la Presidenta Sheinbaum, lleno de datos contundentes, ratificó el rumbo positivo que lleva el país. Más allá de las cifras, lo que realmente destaca es su fuerza, su convicción y su compromiso inquebrantable con la transformación de México. Su perspectiva, enriquecida por su sensibilidad como mujer, le permite abordar las problemáticas del país con una visión integral y profunda.

En la Ciudad de México, Clara Brugada también ha entregado resultados excepcionales. Su trabajo incansable y su dedicación a la mejora de la calidad de vida de los capitalinos son evidentes. Esperamos con ansias su informe detallado, convencidos de que nos presentará un panorama alentador, lleno de logros y avances significativos.

Claudia y Clara, dos mujeres transformadoras, dos ejemplos de liderazgo, dos figuras que inspiran y nos llenan de orgullo. Su trabajo incansable y su compromiso con un México mejor merecen nuestro reconocimiento y gratitud. ¡Gracias, Claudia! ¡Gracias, Clarita! El futuro de México está en buenas manos.