
5 de septiembre de 2025 a las 10:00
Monreal Rescata a Alito
La política mexicana se asemeja a un intrincado tablero de ajedrez, donde las piezas se mueven con una precisión calculada, ocultando estrategias y alianzas que trascienden las ideologías. El caso de Ricardo Monreal y Alejandro "Alito" Moreno Cárdenas ilustra a la perfección esta realidad, donde la supuesta rivalidad entre Morena y el PRI parece desvanecerse ante la conveniencia política. La sospecha de que Monreal no solo tolera, sino que protege a Alito, se fortalece con cada día que pasa sin que se concreten acciones legales contra el líder priista. ¿La razón? Se rumora que el PRI se ha convertido en la llave para que la dinastía Monreal mantenga su influencia en Zacatecas, con Saúl Monreal como posible candidato en 2027. Ante el candado contra el nepotismo en Morena, el tricolor se presenta como una tabla de salvación para una familia política que parece no concebir la idea del retiro.
Las acusaciones contra Alito Moreno se acumulan: desvíos millonarios, agresiones físicas, denuncias administrativas y penales. A pesar de la contundencia de las pruebas, su desafuero y juicio político se mantienen en un inquietante compás de espera. La ley es clara, Morena tiene los votos necesarios en ambas cámaras para iniciar el proceso, pero la voluntad política en San Lázaro, donde Monreal ejerce su influencia, brilla por su ausencia. La pasividad de Hugo Eric Flores, presidente de la Sección Instructora, añade otra capa de misterio a este escenario, sobre todo considerando su vinculación con la promoción de un nuevo partido político cuyas siglas coinciden con las iniciales de Claudia Sheinbaum.
Mientras tanto, Alito gana tiempo, se presenta como víctima e incluso insinúa la posibilidad de buscar asilo político en Estados Unidos. En Palacio Nacional, la cautela es la norma. Sheinbaum evita ser vista como protectora de Moreno Cárdenas, pero tampoco parece dispuesta a perturbar el equilibrio interno de Morena. El resultado es un limbo político, donde las denuncias se archivan, el fuero permanece intacto y Alito continúa jugando a dos bandas. En este juego de poder, la justicia parece negociarse en función de intereses familiares y cálculos electorales, confirmando que en política las coincidencias no existen, solo conveniencias. Alito no es el perseguido, sino el protegido. Y el mensaje es claro: la 4T puede con todo, menos con sus propios acuerdos de impunidad.
Pero las tensiones políticas no se limitan al caso Monreal-Alito. Dentro del Poder Judicial, la reciente reforma ha generado fricciones y disputas de poder. El Órgano de Administración y el Tribunal de Disciplina se enfrentan por el control del personal y la estructura heredada del Consejo de la Judicatura. La falta de acuerdos y las crecientes tensiones auguran un complejo panorama para la impartición de justicia en el país.
Por otro lado, el próximo 8 de septiembre, el Paquete Económico 2026 llegará al Congreso con la firma de Édgar Amador Zamora, titular de Hacienda. La propuesta incluye un nuevo impuesto a las refresqueras, una medida que ha generado debate y preocupación. La pregunta que surge es si este impuesto se extenderá a otros productos como el alcohol, el tabaco y la comida chatarra, todos en la mira de Claudia Sheinbaum en su lucha contra la obesidad. ¿Se trata de una genuina medida de salud pública o de una estrategia para aumentar la recaudación? El debate está abierto. En este complejo entramado de intereses y estrategias, una cosa queda clara: la política mexicana sigue siendo un terreno fértil para la especulación, la negociación y los acuerdos tácitos que definen el destino del país.
Fuente: El Heraldo de México