
5 de septiembre de 2025 a las 15:55
Gasolinazo: ¿Duele en tu bolsillo?
El fantasma de la inflación vuelve a tocar a la puerta del consumidor mexicano, y esta vez lo hace a través del tanque de gasolina. Por vigésima primera semana consecutiva, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha decidido mantener el IEPS al 100% para la gasolina Magna, Premium y Diésel. Esto significa que, del 30 de agosto al 5 de septiembre de 2025, el bolsillo de los automovilistas sentirá el peso completo de este impuesto, una situación que, sin duda, genera incertidumbre y preocupación en el panorama económico familiar.
Imaginen el escenario: semana tras semana, el precio de llenar el tanque se mantiene elevado, erosionando poco a poco el presupuesto destinado a otras necesidades básicas. ¿Qué implicaciones tiene esto para las familias mexicanas? ¿Cómo afecta a la movilidad, al transporte público, al costo de la canasta básica? La respuesta, lamentablemente, no es sencilla. Para muchos, la gasolina se ha convertido en un lujo, un gasto que se recorta al máximo, sacrificando incluso desplazamientos necesarios para el trabajo, la educación o el esparcimiento.
Si bien el precio se mantiene sin cambios para la Magna, Premium y gas natural vehicular esta semana, el ligero incremento en el Diésel, aunque sea de un centavo, es un recordatorio constante de la volatilidad del mercado y de la fragilidad del equilibrio económico. Un centavo hoy, quizás dos mañana, y así sucesivamente. La incertidumbre es el pan de cada día. La SHCP argumenta la necesidad de mantener la estabilidad fiscal, pero ¿a qué costo para el ciudadano promedio?
Mientras tanto, la Profeco, a través de su Subprocuraduría de Verificación, realiza un monitoreo constante en las gasolineras de todo el país. Una labor loable, sin duda, pero que no resuelve el problema de fondo: el alto costo del combustible. ¿Es suficiente con la verificación? ¿Qué medidas se están tomando para aliviar la carga económica que representa el IEPS para las familias?
La variación regional en los precios añade otra capa de complejidad al problema. Mientras que en la Ciudad de México, Jalisco o Nuevo León los precios se mantienen en un determinado rango, en otras zonas del país la situación puede ser aún más crítica. Es fundamental que se implementen políticas públicas que consideren estas diferencias y que busquen un equilibrio que no perjudique a las regiones más vulnerables.
El precio de la gasolina no es solo un número en una pantalla. Es un factor determinante en la vida diaria de millones de mexicanos. Es el reflejo de la economía, la incertidumbre y la esperanza de un futuro donde la movilidad no sea un privilegio, sino un derecho accesible para todos. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguiremos pagando el precio de la estabilidad fiscal con el combustible de nuestros vehículos y, más importante aún, con la estabilidad de nuestras familias?
Fuente: El Heraldo de México