
5 de septiembre de 2025 a las 17:05
El futuro de los medios según Javier Esteban
El panorama mediático está en constante ebullición. Ya no se trata solo de informar, sino de conectar, de construir puentes entre la noticia y el lector, de tejer una red de comunidad alrededor de las historias que contamos. Javier Esteban, con la experiencia que le otorga su posición en Condé Nast, lo tiene claro: la unidireccionalidad de antaño ha quedado obsoleta. Los lectores ya no son meros receptores pasivos, sino actores activos que ansían participar, interactuar, compartir y, en definitiva, formar parte del relato. Este cambio de paradigma exige un nuevo tipo de liderazgo, uno que abrace la adaptabilidad como mantra, que se forje en la resiliencia ante la vorágine del cambio constante y que, sobre todo, cultive la empatía para comprender y conectar con las necesidades de un público cada vez más diverso y exigente. Adaptabilidad para navegar en las aguas turbulentas de la transformación digital, resiliencia para resistir el embate de la innovación continua y empatía para construir puentes sólidos con colaboradores, clientes y socios. Estas son las tres claves, según Esteban, para liderar con éxito en la era de la tecnología.
Condé Nast, un gigante editorial con una historia plagada de éxitos, ha sabido entender la innovación no como una opción, sino como una necesidad estratégica. Su apuesta por plataformas emergentes como TikTok, incluso antes de que tuvieran un modelo de negocio definido, y su constante experimentación con nuevas narrativas demuestran su compromiso por estar donde están sus audiencias. No se trata de seguir las tendencias, sino de anticiparse a ellas, de comprender que la innovación es la brújula que guía hacia el futuro de la comunicación. "Estar donde nuestros usuarios esperan encontrarnos", resume Esteban con precisión.
La inteligencia artificial, una herramienta poderosa con un potencial inmenso, se presenta como un arma de doble filo. Si bien agiliza procesos y abre nuevas posibilidades en la creación de contenido, también plantea desafíos cruciales, como la desinformación. La proliferación de contenidos no verificados, la difuminación de la línea entre lo real y lo falso, exige un periodismo riguroso y comprometido con la verdad. En este contexto, el papel del periodista como garante de la veracidad y el criterio se vuelve más esencial que nunca. No se trata de rechazar la tecnología, sino de utilizarla con responsabilidad, de comprender sus limitaciones y de potenciar su capacidad para enriquecer la experiencia informativa.
La globalización del contenido digital ha derribado fronteras y ha redefinido la forma en que conectamos con las audiencias. Esta interconexión global, lejos de ser una amenaza, se presenta como una oportunidad. La posibilidad de replicar formatos exitosos, de identificar audiencias emergentes y de adaptar el contenido a diferentes contextos culturales enriquece el panorama mediático y amplía el alcance de las historias. La clave, según Esteban, reside en generar impacto sin perder relevancia, en encontrar el equilibrio entre la globalidad y la conexión local.
A las nuevas generaciones que buscan su lugar en el mundo de la comunicación, Esteban les ofrece un consejo claro y conciso: "Que lo hagan con propósito". En un entorno en constante cambio, la oportunidad reside en la diferenciación, en la capacidad de aportar algo nuevo, de encontrar un nicho y de construir una propuesta de valor única. La pasión, la visión y la determinación son las herramientas esenciales para navegar en este mar de posibilidades y dejar una huella significativa en la industria.
Condé Nast México y Latinoamérica, bajo la visión de Javier Esteban, apuesta por un futuro donde la tecnología, la innovación editorial y la empatía convergen para transformar la experiencia mediática. Un futuro donde la información no solo se consume, sino que se vive, se comparte y se construye de forma colaborativa, en un diálogo constante entre medios y audiencias. Un futuro, en definitiva, donde la comunicación trasciende las fronteras y se convierte en un puente que conecta al mundo.
Fuente: El Heraldo de México