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5 de septiembre de 2025 a las 23:00

Droga y misterio en Coyoacán tras hallazgo de cuerpo

La sombra de la inseguridad se cierne nuevamente sobre la Ciudad de México, esta vez con un macabro hallazgo en la alcaldía Coyoacán que ha destapado una red de crimen que se extiende hasta Tlalpan. El descubrimiento de un cuerpo sin vida desató una intensa investigación por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), una labor detectivesca que ha llevado a la identificación de uno de los presuntos responsables y a una serie de cateos que revelan la complejidad del caso.

Imaginen la escena: la tranquilidad de la calle Textitla, en la colonia Valle Escondido, irrumpida por el sonido de las sirenas. Policías de la SSC, en su labor de patrullaje, observan a tres individuos manipulando un arma de fuego. La tensión se palpa en el aire. Al notar la presencia policial, los sospechosos intentan deshacerse de una bolsa, arrojándola al interior de un vehículo semidesmantelado, e intentan huir. Comienza una persecución, una lucha contra el reloj para detener a quienes podrían ser los responsables de un crimen aún sin resolver.

La revisión, llevada a cabo con apego al protocolo, revela un arsenal preocupante: un arma de fuego tipo subametralladora, cuatro cartuchos útiles, dosis de marihuana, bolsitas de cocaína en polvo y piedra, dinero en efectivo y teléfonos celulares. Las piezas del rompecabezas comienzan a encajar, pero aún falta mucho por descubrir. Estos tres individuos, ahora detenidos, son apenas la punta del iceberg. ¿Quiénes son? ¿Cuál es su conexión con el cuerpo hallado en Coyoacán? Las preguntas se acumulan en las mentes de los investigadores.

Mientras tanto, en Tlalpan, la investigación sigue su curso. La vigilancia policial, fija y móvil, se concentra en una propiedad en la calle Textitla. Algo no cuadra. El desmantelamiento de un automóvil en el interior del inmueble levanta sospechas. ¿Se trata de un simple deshuesadero o esconde algo más siniestro?

Con la información recabada, la SSC solicita una orden de cateo. Un juez de control la autoriza. El operativo se ejecuta con precisión quirúrgica, sin uso de violencia, respetando los protocolos. El resultado es impactante: el chasis de un automóvil azul, presuntamente propiedad de la víctima hallada en Coyoacán, y más droga. La conexión entre ambos hechos se fortalece.

Este caso nos recuerda la fragilidad de la seguridad en nuestra ciudad. La labor conjunta de la SSC y la FGJ es crucial para desmantelar estas redes criminales. No se trata solo de detener a los responsables, sino de comprender las raíces del problema, de atacar las causas que generan la violencia. La búsqueda de una ciudad más segura, justa y en paz es una tarea de todos. Debemos estar alerta, colaborar con las autoridades y exigir justicia para las víctimas. El hallazgo en Coyoacán y el cateo en Tlalpan son un llamado a la acción, un recordatorio de que la lucha contra la delincuencia es una batalla constante que debemos librar juntos. ¿Qué medidas podemos tomar como ciudadanos para contribuir a la seguridad de nuestros barrios? ¿Cómo podemos fortalecer el tejido social para prevenir este tipo de tragedias? La respuesta está en nuestras manos.

Fuente: El Heraldo de México