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5 de septiembre de 2025 a las 09:20

Cooperación vs. Amenaza: ¿Qué camino tomar?

La sombra de la intervención militar estadounidense se cierne sobre América Latina, y México se encuentra en el ojo del huracán. La reciente visita de Marco Rubio, emisario de la administración Trump, deja un sabor amargo en la boca, un regusto a amenaza velada bajo el disfraz de la cooperación. Si bien se anunció la creación de un grupo de alto nivel para combatir el crimen organizado transnacional, las palabras de Rubio resonaron como un eco siniestro: "sucederá de nuevo", refiriéndose a los ataques militares contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico. Este no es un simple llamado a la colaboración, sino una declaración de intenciones, una advertencia de que Estados Unidos se arroga el derecho de intervenir militarmente en la región, imponiendo su propia definición de amenaza y sus métodos, al margen del derecho internacional.

La agresión contra la embarcación venezolana, con el saldo trágico de once vidas, es un claro ejemplo de esta nueva política de confrontación directa. Un acto que no solo vulnera la soberanía de Venezuela, sino que sienta un precedente peligroso para toda la región. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿quién será el próximo objetivo? ¿Bajo qué pretexto se justificará la siguiente intervención?

En este contexto, la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum cobra una relevancia crucial. Su defensa irrestricta de la soberanía mexicana es un dique contra la marea intervencionista. Sin embargo, el margen de maniobra es estrecho. La presión de Washington es intensa, y la promesa de cooperación puede convertirse en una trampa dorada.

El desafío para México es enorme. Debe encontrar el equilibrio entre la necesidad de colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado y la defensa inquebrantable de su soberanía. La creación del grupo de alto nivel es una apuesta arriesgada. ¿Será un espacio de colaboración genuina o una plataforma para la imposición de la agenda estadounidense? ¿Tendrá México la capacidad de hacer valer su voz y sus intereses frente a la potencia del norte?

La estrategia de Sheinbaum, centrada en el respeto a la legalidad y la no intervención, es un paso en la dirección correcta. El despliegue de la Guardia Nacional en la frontera norte, la extradición de capos y la reducción de delitos de alto impacto demuestran la voluntad del gobierno mexicano de asumir su responsabilidad en la lucha contra el crimen. Pero estas acciones no serán suficientes si no se acompañan de una firmeza diplomática que impida la injerencia extranjera.

El fantasma de la intervención militar estadounidense planea sobre México. La cooperación se presenta como una necesidad, pero también como un riesgo. El futuro de la región dependerá de la capacidad de los países latinoamericanos para defender su soberanía y construir un marco de colaboración que respete el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos. De lo contrario, el "sucederá de nuevo" de Rubio se convertirá en una profecía autocumplida, y América Latina volverá a ser el patio trasero de Estados Unidos. La historia, con sus cicatrices de intervenciones pasadas, nos advierte del peligro. Es hora de escuchar sus lecciones y actuar con firmeza y unidad.

Fuente: El Heraldo de México