Septiembre, el mes en que la tranquilidad se convierte en legado. Un mes para reflexionar sobre el futuro y asegurar que nuestro patrimonio, fruto del esfuerzo y la dedicación de toda una vida, llegue a las manos correctas. El mes del testamento nos invita a tomar las riendas de nuestro destino, a plasmar nuestra voluntad y a evitar posibles conflictos familiares que puedan surgir tras nuestra partida. No se trata de un tema lúgubre, sino de un acto de responsabilidad y amor hacia nuestros seres queridos.

El licenciado Rafael González Cubas, presidente del Capítulo Estado de México de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, nos ilumina sobre la trascendencia de este acto jurídico. Con la claridad que lo caracteriza, desmitifica el proceso y nos invita a verlo como una herramienta de protección y previsión. Asegura que la idea no es “llamar a la muerte”, como erróneamente se piensa, sino brindar tranquilidad y certeza a quienes nos sobrevivan. Un testamento bien elaborado minimiza los problemas para los herederos, facilitando la transición y evitando disputas legales que, en momentos de dolor, pueden ser especialmente devastadoras.

Tramitar un testamento es más sencillo de lo que se cree. Basta con presentar una identificación oficial vigente y acudir con un notario público de confianza. Durante septiembre, las notarías de todo el país ofrecen horarios extendidos, asesoría gratuita y descuentos de hasta el 50% en los costos, una oportunidad invaluable para asegurar nuestro legado. En el Estado de México, por ejemplo, el costo se reduce a 2,000 pesos, e incluso a 1,000 pesos para adultos mayores. Sin embargo, es importante recordar que estos costos pueden variar en cada estado, por lo que es recomendable consultar con la notaría local.

Un aspecto que a menudo genera dudas es la posibilidad de incluir a nuestras mascotas en el testamento. Lamentablemente, en México no es posible heredar directamente a un animal de compañía, ya que carecen de personalidad jurídica. Sin embargo, existe una alternativa: podemos designar como legatario a una fundación de animales de nuestra preferencia, asegurando así su bienestar y continuidad.

La flexibilidad del testamento es otro punto a destacar. Se trata de un acto revocable, lo que significa que podemos modificarlo cuantas veces sea necesario. Solo el último testamento otorgado tendrá validez, permitiéndonos adaptarlo a las circunstancias cambiantes de la vida. Incluso si aún no tenemos bienes o hijos, es posible realizar un testamento para disponer de bienes futuros o estipular herederos que aún no han nacido. Cualquier bien que forme parte de nuestro patrimonio, por pequeño que sea, puede ser incluido en el testamento, desde una cuenta bancaria hasta una propiedad.

En definitiva, el mes del testamento nos ofrece una oportunidad única para planificar nuestro futuro y proteger a quienes más queremos. No dejemos que la procrastinación o los mitos nos impidan tomar esta decisión tan importante. Informémonos, acudamos a un notario y asegurémonos de que nuestro legado perdure en el tiempo, brindando tranquilidad y seguridad a nuestros seres queridos.