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5 de septiembre de 2025 a las 04:35

Alerta: Peligro con medicamentos caducados

La tragedia ocurrida en Santiago de Cuba nos golpea con la crudeza de una realidad que muchos enfrentan en silencio. Un niño de tan solo cinco años pierde la vida tras ingerir un medicamento caducado, un paracetamol, un fármaco que debería aliviar el dolor, no causarlo. Este hecho lamentable nos obliga a reflexionar sobre la precaria situación del acceso a medicamentos en la isla. No se trata solo de un caso aislado, sino de un síntoma de una problemática mayor. La escasez de medicamentos esenciales y la dificultad para adquirirlos en condiciones óptimas, empuja a muchas familias a recurrir a alternativas desesperadas, como conservar medicamentos vencidos con la esperanza de que aún conserven sus propiedades.

La angustia de los padres, la impotencia ante la falta de recursos, la incertidumbre sobre la efectividad de un medicamento caducado… son situaciones que se repiten en hogares cubanos. El llamado del Ministerio de Salud Pública a reforzar las medidas de seguridad en el manejo de productos farmacéuticos en el hogar es crucial, pero no suficiente. La educación sanitaria es fundamental, sí, pero ¿cómo educar sobre el manejo adecuado de medicamentos cuando el acceso a los mismos es limitado y precario?

La historia del niño de once años, también afectado por la ingestión del mismo medicamento, aunque afortunadamente en recuperación, nos da una pequeña luz de esperanza. Su recuperación, "estable y bajo observación", nos recuerda la resiliencia del cuerpo humano y la dedicación de los profesionales de la salud que luchan día a día con recursos limitados.

Sin embargo, no podemos ignorar la raíz del problema. La crisis económica que atraviesa Cuba desde hace años ha generado un desabastecimiento generalizado que impacta directamente en la salud de la población. La falta de medicamentos, sumada a la escasez de alimentos, combustible y otros recursos básicos, crea un caldo de cultivo para situaciones como la que hoy lamentamos.

El mercado informal, aunque ilegal, se convierte en la única opción para muchos. El trueque de medicamentos a través de grupos de WhatsApp y Telegram, la solidaridad de la diáspora cubana que envía fármacos a la isla, son muestras de la capacidad de resiliencia y la necesidad de buscar alternativas ante la adversidad. Pero estas soluciones, aunque loables, no son sostenibles a largo plazo. No podemos normalizar la compra de medicamentos en el mercado negro, donde los precios se disparan y la calidad no está garantizada.

¿Qué futuro les espera a los niños cubanos si no se abordan las causas profundas de esta crisis? La imagen de un niño de cinco años perdiendo la vida por un medicamento caducado debería ser un llamado a la acción, una exigencia para garantizar el acceso a la salud como un derecho fundamental. No podemos permitir que la escasez de medicamentos siga cobrando vidas. Es necesario un cambio profundo que permita a todos los cubanos acceder a medicamentos seguros y eficaces, sin tener que recurrir a medidas desesperadas que ponen en riesgo su salud y su vida. El futuro de Cuba depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México