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4 de septiembre de 2025 a las 22:35

Zacatecas inicia clases con huelgas

El inicio del ciclo escolar en Zacatecas se ve empañado por una ola de protestas que sacude los cimientos educativos del estado. Desde la Universidad Politécnica de Zacatecas (UPZ) en Fresnillo, hasta las primarias en comunidades rurales como Espíritu Santo en Juan Aldama, la demanda por mejores condiciones laborales y educativas resuena con fuerza. Una atmósfera de incertidumbre se cierne sobre miles de estudiantes zacatecanos, quienes ven su futuro académico tambalear ante la falta de soluciones concretas.

En el corazón de la problemática, la UPZ se encuentra paralizada por una huelga que exige un aumento salarial del cuatro por ciento. Más allá de la cifra, esta demanda simboliza la lucha por una vida digna para los trabajadores de la educación, quienes día a día se esfuerzan por formar a las futuras generaciones. El pliego petitorio también incluye la ampliación de prestaciones laborales, como permisos económicos, licencias por motivos de salud y días de descanso adicionales. Estas peticiones, lejos de ser privilegios, representan la necesidad de un equilibrio entre la vida laboral y personal, fundamental para el bienestar de cualquier trabajador. La huelga, iniciada justo al comienzo del cuatrimestre septiembre-diciembre, deja a más de mil estudiantes sin clases, un duro golpe a sus aspiraciones académicas y un recordatorio de la fragilidad del sistema educativo.

Mientras tanto, en la Escuela Normal Rural General Matías Ramos, del municipio de Loreto, el inicio del semestre se ve opacado por la falta de maestros y personal de apoyo. Esta carencia, que afecta directamente la calidad de la educación, pone en evidencia las deficiencias en la planificación y la asignación de recursos. ¿Cómo pueden los futuros docentes formarse adecuadamente sin la guía de mentores experimentados y el apoyo necesario para su desarrollo profesional? La situación en Loreto es un reflejo de la precariedad que enfrentan muchas instituciones educativas en el estado, una realidad que exige atención inmediata.

La voz de los padres de familia también se alza con fuerza en diversos municipios. En Guadalupe, la toma de las escuelas Joaquín Amaro, en Tacoaleche, y Melchor Ocampo, en El Bordo, exige la destitución de la directora y la asignación de maestros y personal auxiliar. La preocupación de los padres es comprensible: buscan lo mejor para sus hijos y no están dispuestos a tolerar la falta de personal que impida su desarrollo educativo. En Juan Aldama, el cierre de la primaria Ignacio Zaragoza, en la comunidad Espíritu Santo, se suma a la ola de protestas, demostrando que la problemática no se limita a las zonas urbanas, sino que se extiende a las comunidades rurales, donde la educación es a menudo la única herramienta para un futuro mejor.

Ante este panorama complejo, la Secretaría de Educación de Zacatecas (SEZ) se encuentra en el ojo del huracán. Las diferentes instituciones exigen soluciones prontas y efectivas, un llamado a la responsabilidad que no puede ser ignorado. El futuro de la educación en Zacatecas depende de la capacidad de la SEZ para dialogar, negociar y encontrar soluciones que beneficien a todos los involucrados: estudiantes, docentes, personal de apoyo y padres de familia. La esperanza reside en que las autoridades escuchen las demandas y actúen con la urgencia que la situación amerita, para que el ciclo escolar, en lugar de ser un escenario de conflicto, se convierta en una oportunidad de crecimiento y desarrollo para todos.

Fuente: El Heraldo de México