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4 de septiembre de 2025 a las 09:30

Sheinbaum vs Trump: ¿Rubio define el futuro?

La visita relámpago de Marco Rubio a México ha dejado más preguntas que respuestas, como una estela de humo tras un cohete de feria. Aterrizó en el AIFA, sorteando los baches y la lluvia, se reunió con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y desapareció con la misma rapidez con la que llegó. Un encuentro fugaz, envuelto en la bruma de las declaraciones grandilocuentes y las sospechas veladas.

Se supone que vino a estrechar lazos, a tender puentes de cooperación en la eterna lucha contra el narcotráfico. Pero el eco de las palabras de Trump, resonando desde la lejanía, opacó cualquier intento de diálogo constructivo. "México está gobernado por los cárteles", sentenció el ex-presidente, añadiendo leña al fuego de la desconfianza y sembrando la duda sobre la verdadera naturaleza de la visita de Rubio. ¿Un gesto de buena voluntad o una simple maniobra política en el tablero geopolítico?

Mientras Rubio y Sheinbaum intercambiaban sonrisas protocolarias, Trump se robaba el show con el anuncio del hundimiento de una embarcación venezolana, acusada de transportar droga. Una demostración de fuerza, un mensaje claro para todos los actores involucrados: Estados Unidos vigila, Estados Unidos actúa. Y México, atrapado en medio de este juego de poder, se ve obligado a bailar al son que le tocan.

Rubio, convertido en portavoz de los caprichos de Trump, alabó la cooperación del gobierno mexicano en la lucha contra el narco. Pero sus palabras, edulcoradas con halagos superficiales, esconden una desconfianza latente. Un "entendimiento" basado en el intercambio de información, filtrada y cuidadosamente controlada por el lado estadounidense. Una colaboración a medias, donde la soberanía mexicana parece tambalearse ante la presión del gigante del norte.

Y mientras tanto, preguntas incómodas quedan sin respuesta. ¿Qué hay del caso de Julio César Chávez Jr., cruzando la frontera con impunidad? Silencios que hablan más que mil palabras, revelando la fragilidad de la supuesta confianza entre ambos países.

Omar García Harfuch, elegido para formar parte del selecto grupo de intercambio de inteligencia, se convierte en la pieza clave de esta colaboración limitada y llena de recelos. Mientras otros funcionarios quedan al margen, víctimas de la desconfianza y la necesidad de controlar la información.

Del lado mexicano, se insiste en la colaboración sin subordinación, en la defensa de la soberanía nacional. Del lado estadounidense, se juega con la ambigüedad, con las declaraciones altisonantes y las acciones contradictorias. Un juego peligroso donde las apuestas son altas y el futuro de la relación bilateral pende de un hilo.

¿Traerá esta visita resultados tangibles en la lucha contra el narcotráfico? ¿O se quedará en un simple intercambio de sonrisas forzadas y promesas vacías? El tiempo lo dirá. Pero la sombra de la desconfianza y el eco de las palabras de Trump seguirán resonando en el aire, recordándonos que la verdadera cooperación aún está lejos de alcanzarse. Y mientras tanto, la incertidumbre y la sospecha continúan siendo las protagonistas de esta historia sin final.

Fuente: El Heraldo de México