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4 de septiembre de 2025 a las 18:10

Pozole: ¿Guerrero o Jalisco? El menos calórico

Septiembre, el mes de la patria, nos envuelve en un abrazo tricolor y nos invita a celebrar nuestra identidad a través de uno de los placeres más representativos de nuestra cultura: la gastronomía. Y en el corazón de estas fiestas patrias, reina el pozole, un platillo que se reinventa en cada región, ofreciendo un abanico de sabores y texturas que deleitan a propios y extraños. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es la versión más saludable de este manjar prehispánico? Acompáñanos en este recorrido culinario para descubrir los secretos nutricionales del pozole guerrerense y el pozole jalisciense.

El pozole verde guerrerense, una explosión de frescura y sabor, se distingue por su vibrante color y la armoniosa combinación de ingredientes. El tomate verde, la pepita molida, el epazote y el chile poblano se entrelazan en una danza de aromas y sabores, creando un caldo ligero y nutritivo. La elección del pollo como proteína principal, en lugar del cerdo, reduce significativamente el contenido de grasa saturada, convirtiéndolo en una opción más saludable sin sacrificar el sabor. Además, la generosa adición de lechuga, rábanos, cebolla, aguacate y orégano aporta una dosis extra de fibra, antioxidantes y vitaminas, esenciales para el bienestar. En muchas cocinas guerrerenses, la preparación del pozole verde se realiza con un uso moderado de grasas, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan cuidar su salud sin renunciar al sabor tradicional. Si bien en algunas regiones costeras se acostumbra añadir complementos como huevo cocido, chicharrón o sardina, estos no forman parte de la receta original y su consumo debe ser moderado para mantener el equilibrio nutricional.

Por otro lado, el pozole tapatío, originario de Jalisco, se caracteriza por su intenso color rojo, proveniente de chiles secos como el guajillo. La carne de cerdo, especialmente la espaldilla o la cabeza, le confiere un sabor robusto y característico, pero también un mayor aporte calórico y graso. Si bien se acompaña de ingredientes frescos como lechuga y rábanos, la base del caldo suele ser más espesa y contener mayor cantidad de grasa. En algunas preparaciones tradicionales, se incluyen partes del cerdo como el cuero, la oreja o incluso la trompa, lo que aumenta considerablemente el contenido de grasa saturada y colesterol. Aunque el sabor del pozole jalisciense es innegablemente delicioso, desde una perspectiva nutricional, representa una opción más calórica y su consumo debe ser moderado, especialmente si se acompaña de tostadas fritas y crema.

Entonces, ¿cuál es el veredicto? Desde un punto de vista nutricional, el pozole verde guerrerense, con pollo, se presenta como una alternativa más ligera y saludable que el pozole jalisciense. La elección de la proteína, la incorporación de vegetales frescos y el uso moderado de grasas contribuyen a un perfil nutricional más equilibrado. Sin embargo, ambos pozoles pueden formar parte de una dieta balanceada si se preparan con conciencia y se eligen cortes magros de carne. La clave está en la moderación y en la incorporación de vegetales frescos para disfrutar de este delicioso platillo sin remordimientos. Así que, en estas fiestas patrias, ¡celebremos con sabor y salud!

Fuente: El Heraldo de México