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4 de septiembre de 2025 a las 09:30
Mordzinski: Retratos Íntimos
La búsqueda incansable de la imagen perfecta, esa que trasciende la pose acartonada y revela la esencia del artista, ha guiado la lente de Daniel Mordzinski durante casi cinco décadas. Su pasión por la literatura, un amor profundo por las letras, se fusiona con su maestría fotográfica para crear retratos que hablan, que narran historias más allá de la superficie. No se trata simplemente de capturar un rostro, sino de desentrañar el alma del escritor, de plasmar en una imagen la magia que da vida a sus palabras.
Mordzinski, un "pícaro visual" como él mismo se define, rehúye los clichés. No le interesan las bibliotecas imponentes ni las poses estudiadas. Su objetivo es capturar la chispa, el gesto espontáneo, la mirada que revela el universo interior del artista. Para lograrlo, a veces recurre a la astucia, a la complicidad que nace de la admiración por la obra del escritor. Un guiño a un personaje, una escena evocada de alguna novela, y la resistencia se desvanece, dando paso a la magia de la imagen auténtica.
Recorriendo el mundo, de festival en festival, Mordzinski ha construido un archivo visual invaluable de la literatura contemporánea. Desde Elena Poniatowska, transformada en princesa entre vestidos de quinceañera, hasta Juan Villoro, con una máscara de la muerte que parece desprenderse de su rostro, cada imagen es una ventana a la personalidad del artista, una invitación a conocerlo más allá de sus libros.
Su relación con Mario Vargas Llosa, forjada a lo largo de tres décadas, es un testimonio de la confianza y la amistad que Mordzinski logra establecer con sus retratados. El episodio del frac en Estocolmo, donde Vargas Llosa, a punto de recibir el Premio Nobel, accede a ser fotografiado en un momento íntimo, revela la profunda conexión entre el fotógrafo y el escritor. No se trata de una simple imagen, sino de un instante de complicidad capturado para la eternidad.
El nuevo libro sobre Vargas Llosa, con sus cien fotografías cuidadosamente seleccionadas, es un homenaje a esa amistad y una ventana a la vida del Nobel. Imágenes inéditas, momentos de intimidad familiar, la emoción del premio en Estocolmo, todo ello entrelazado con textos que dialogan con las fotografías, creando una narrativa visual y literaria que cautiva al espectador. Mordzinski no solo fotografía, construye relatos visuales, escribe con luz y sombra la historia de la literatura y de quienes la hacen posible. Su lente, testigo privilegiado, nos permite acercarnos a los gigantes de las letras, descubrir su humanidad y comprender la pasión que los impulsa a crear mundos con palabras. Es una celebración de la literatura, un tributo a la magia de las palabras y las imágenes que, juntas, nos revelan la esencia del ser humano.
Fuente: El Heraldo de México