
4 de septiembre de 2025 a las 21:25
Médico sin piernas: ¿fraude o tragedia?
La estremecedora historia del cirujano Neil Hopper ha dado un giro inesperado, revelando una trama de engaño, obsesión y autolesión que ha conmocionado al Reino Unido. Lo que inicialmente se presentó como un caso inspirador de superación ante la adversidad, con Hopper como víctima de una sepsis que le costó sus dos piernas, se ha desmoronado para revelar una verdad mucho más perturbadora.
Recordemos que Hopper, de 49 años, conmovió a la nación al compartir su experiencia en un programa de televisión hace cinco años. Describió vívidamente cómo la sepsis lo atacó durante un campamento familiar en 2019, obligándolo a someterse a una doble amputación. Su historia resonó con la audiencia, que lo percibió como un símbolo de resiliencia. Incluso llegó a declarar que "mi vida es más interesante gracias a lo que me ha pasado", una frase que ahora cobra un significado escalofriante a la luz de los recientes acontecimientos. Su valentía aparente le valió el reconocimiento como una de las personas más valientes de Gran Bretaña en 2020, y estuvo a punto de convertirse en paraastronauta, un sueño truncado por la posterior selección del atleta paralímpico John McFall.
Sin embargo, tras la fachada de superación se escondía una realidad siniestra. Hopper no fue víctima de una enfermedad, sino de su propia mano. Confesó haber utilizado hielo seco para congelar sus piernas hasta el punto de necrosis, forzando así la amputación. Su motivación, lejos de ser médica, era una mezcla de obsesión por la auto-mutilación y un interés sexual en la amputación, alimentado por el perturbador contenido del sitio web "The EunuchMaker". Este portal, conocido por sus imágenes extremas de castración y otras prácticas de modificación corporal, ejerció una influencia decisiva en la mente del cirujano.
El engaño se extiende más allá de la autolesión. Hopper defraudó a las aseguradoras Aviva y Old Mutual Health por una suma millonaria, cercana a los 12 millones de pesos, alegando que la amputación fue consecuencia de una enfermedad y no de una autolesión. Este acto de fraude, sumado a la posesión de pornografía extrema y a su confesión sobre la verdadera naturaleza de su amputación, ha destruido por completo la imagen del otrora admirado cirujano.
La defensa de Hopper argumenta que su cliente sufría disforia de género desde joven, sintiendo que estaba en el cuerpo equivocado y deseando ser mujer. Señalan que esta disforia, y no un interés sexual perverso, fue la raíz de su obsesión por la amputación. Sin embargo, la fiscalía ha presentado pruebas contundentes que vinculan directamente a Hopper con el sitio web "The EunuchMaker" y su contenido extremo, poniendo en duda la veracidad de la defensa.
El caso de Neil Hopper plantea interrogantes inquietantes sobre la naturaleza de la verdad y la manipulación. ¿Cómo pudo un cirujano respetado engañar a todo un país con una historia fabricada? ¿Qué oscuros impulsos lo llevaron a mutilarse a sí mismo y a construir una mentira tan elaborada? El juicio continúa, y la sociedad británica espera con ansias el veredicto final, que determinará el destino de este hombre que pasó de ser un héroe a un villano en un abrir y cerrar de ojos. La caída en desgracia de Hopper es un recordatorio de la fragilidad de la imagen pública y la complejidad de la psique humana.
Fuente: El Heraldo de México