
5 de septiembre de 2025 a las 00:05
Magistrado desafía el poder: ¡Justicia primero!
La justicia, un pilar fundamental de cualquier sociedad, trasciende la mera aplicación de leyes y reglamentos. Se erige como un faro de esperanza para la prosperidad y la felicidad humana, presente y futura, capaz de desafiar cualquier adversidad. Esta visión, expresada con vehemencia por el magistrado Rafael Guerra Álvarez, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), nos invita a reflexionar sobre la verdadera esencia de la justicia y su impacto en la construcción de un futuro más justo y equitativo.
El magistrado Guerra Álvarez, en un acto solemne de imposición de toga a nuevos magistrados y jueces, enfatizó la importancia de servir a la justicia no como un instrumento del poder, la ley o el mercado, sino como un baluarte de la dignidad humana. Sus palabras resonaron con fuerza al afirmar que “no hay nada más terrible que la injusticia disfrazada de justicia”, una sentencia que nos interpela a cuestionar las estructuras y los mecanismos que perpetúan la desigualdad y la opresión en nuestra sociedad.
La toga, símbolo de la judicatura, no debe ser vista como un mero ornamento o un privilegio, sino como una responsabilidad ineludible. Cada sentencia emitida, cada decisión tomada, debe ser un rayo de luz que ilumine el camino de quienes buscan justicia. Los jueces, depositarios de la confianza ciudadana, tienen el deber de actuar con prudencia, conciencia y sensibilidad ante el dolor humano. La judicatura, en su conjunto, debe honrar el juramento de servir a la justicia, contribuyendo así a la construcción de un México más próspero y humano.
La ceremonia de imposición de toga, celebrada con la presencia de destacadas figuras del ámbito político y judicial, representó un hito en la consolidación de un poder judicial independiente y comprometido con la justicia social. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, junto con la diputada Yuriri Ayala Zúñiga, representante del Congreso local, presenciaron este acto de renovación y compromiso con la justicia.
El magistrado Guerra Álvarez recordó a los nuevos juzgadores que la justicia es una herencia social histórica que se recibe y se transmite. Los instó a explorar su propio potencial, a crecer continuamente y a manifestar su fuerza en cada sentencia y deliberación. La comunidad judicial, concebida como una familia, debe velar por la igualdad fundamental de todas las personas y la dignidad inherente a todas las obras.
Desde el magistrado hasta la base trabajadora, todos los integrantes del sistema judicial son engranajes esenciales para el funcionamiento de la institución. Merecen ser tratados con dignidad y aprecio, compartiendo una misma nación y una misma causa: la búsqueda de la justicia. La presencia de distinguidas personalidades, como la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa, y representantes del gobierno capitalino, reafirmó la importancia de este evento y el compromiso conjunto de fortalecer el Estado de Derecho.
El llamado a servir a la justicia trasciende las fronteras del poder judicial. Es una invitación a toda la sociedad a reflexionar sobre nuestro rol en la construcción de un futuro más justo y equitativo. La justicia no es una tarea exclusiva de jueces y magistrados, sino una responsabilidad compartida que demanda la participación activa de todos los ciudadanos.
Fuente: El Heraldo de México