La música, ese lenguaje universal que trasciende el tiempo y el espacio, nos regala hoy un nuevo suspiro del inmortal Juan Gabriel. "Eterno", el álbum póstumo del Divo de Juárez, promete resonar en los corazones de millones con la fuerza de veinte canciones, tres de ellas inéditas, como gemas recién descubiertas en un cofre de tesoros musicales. Imaginen la escena: el estudio de grabación, impregnado aún con el eco de la voz del Divo, vibrante, llena de pasión y sentimiento. Guillermo Hernández Galicia, el músico y productor que acompañó a Juan Gabriel durante 23 años de creación, nos abre una ventana a ese espacio sagrado, permitiéndonos vislumbrar el proceso casi místico de dar vida a estas melodías.

Hernández Galicia, con la emoción a flor de piel, describe a un Juan Gabriel exigente, perfeccionista, un artista que se entregaba en cuerpo y alma a cada nota, a cada palabra. Nos habla de las madrugadas de inspiración, de la guitarra como confidente, de las ideas que fluían como un río caudaloso y que ahora, gracias a la dedicación de Hernández, llegan a nuestros oídos. "Mariachear" las canciones, esa era la consigna, ese era el sello distintivo que Alberto Aguilera quería imprimir en su obra. Y así, con el Mariachi El Divo Alma de Juárez como cómplice, la magia se hacía realidad.

Siete meses de arduo trabajo, de minuciosa selección de pistas, de arreglos que respetaran la esencia del Divo, culminaron en este disco que es un homenaje, un tributo al genio creativo de Juan Gabriel. Escuchar su voz, con esa característica aspereza que delataba la emoción contenida, nos transporta a esos momentos íntimos de creación, a esas lágrimas que brotaban al interpretar una canción que le llegaba al alma. Hernández Galicia nos confiesa haber sido testigo de esa sensibilidad a flor de piel, de la entrega absoluta del artista a su música.

"Eterno" no es solo un disco, es una experiencia. Es volver a sentir la presencia del Divo de Juárez, es revivir sus conciertos, sus interpretaciones llenas de energía y sentimiento. Clásicos como "La diferencia" y "No tengo dinero" se entrelazan con la frescura de temas inéditos como "Nunca había amado así", creando un tapiz sonoro que nos envuelve en la magia de Juan Gabriel. Es un regalo para los fans de siempre y una oportunidad para las nuevas generaciones de descubrir el legado de un artista que dejó una huella imborrable en la música latinoamericana. Un legado que, como su nombre lo indica, es eterno.

La presentación del disco, con el mariachi interpretando las canciones y la voz de Juan Gabriel resonando en el ambiente, fue un momento conmovedor, una celebración de la vida y la obra de un ícono. Imaginen la atmósfera, la emoción palpable en el aire, la nostalgia por la ausencia física del Divo, pero también la alegría de tener su música, su voz, su esencia, viva para siempre. "Eterno" es más que un álbum, es un testimonio del amor a la música, del talento inagotable de Juan Gabriel y de la dedicación de quienes trabajaron para mantener viva su llama.