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4 de septiembre de 2025 a las 23:50

El heredero de Messi revelado

La declaración de José Pekerman retumba en el mundo del fútbol argentino como un trueno en medio de la pampa. No es una opinión cualquiera, es la palabra de un maestro, un formador, el arquitecto de la "generación dorada" que nos regaló tantas alegrías. Al señalar a Franco Mastantuono como el sucesor de Lionel Messi, Pekerman no solo reconoce el talento desbordante del joven crack, sino que también deposita en él la esperanza de una nación futbolera que se prepara para una nueva era.

El análisis de Pekerman es certero. La irrupción de Mastantuono ha sido meteórica, casi como un cometa cruzando el firmamento. Su paso fulgurante por River, la millonaria transferencia al Real Madrid, su debut con la Selección, el gol en el Superclásico… cada hito en su corta carrera confirma las predicciones del experimentado entrenador. No se trata solo de habilidad, sino de una madurez inusual para su edad, una capacidad de adaptación asombrosa que le permite brillar en cualquier escenario.

El paralelismo con Messi es inevitable, pero también peligroso. La sombra del astro rosarino es alargada, y cualquier comparación puede ser un arma de doble filo. Sin embargo, Pekerman, con su ojo clínico, ve en Mastantuono ese mismo fuego sagrado, esa chispa de genialidad que lo distingue del resto. No se trata de reemplazar a un ídolo irremplazable, sino de tomar la antorcha y continuar el legado, escribir una nueva página en la gloriosa historia del fútbol argentino.

Las palabras de Scaloni, discípulo y admirador de Pekerman, refuerzan la idea de una transición generacional en marcha. El actual entrenador de la Selección, con su habitual mesura, elogia la madurez de Mastantuono y de otros jóvenes talentos, como Nico Paz, confirmando que el futuro de la albiceleste está en buenas manos. Es un proceso que se viene gestando con paciencia y sabiduría, con el respaldo de quienes conocen el camino al éxito.

Mientras tanto, la despedida de Messi de las Eliminatorias en suelo argentino se tiñe de nostalgia y emoción. Pekerman, testigo privilegiado de la carrera del astro, reconoce la magnitud del evento, un hito histórico que quedará grabado en la memoria colectiva. Recuerda con orgullo aquel primer llamado a la Selección, una apuesta arriesgada que se transformó en una leyenda.

Y en medio de la vorágine, Pekerman deja entrever la posibilidad de un nuevo desafío, un posible desembarco en Boca Juniors junto a Juan Román Riquelme. Es una idea que seduce, la unión de dos mentes brillantes que podrían revolucionar el fútbol argentino. Sin embargo, el experimentado entrenador se mantiene cauto, consciente de que las palabras vuelan y los hechos son los que cuentan. El futuro es incierto, pero la pasión por el fútbol sigue intacta, la llama que lo impulsa a seguir soñando, a seguir construyendo. Y en ese sueño, la figura de Franco Mastantuono brilla con luz propia, la promesa de una nueva era, la esperanza de un futuro glorioso.

Fuente: El Heraldo de México