La incertidumbre se cierne sobre Mar del Plata. Nahiara Kimey Gordillo, una adolescente de tan solo 15 años, ha desaparecido dejando tras de sí un rastro de mensajes contradictorios y una familia sumida en la angustia. Su partida en la medianoche del lunes 1 de septiembre no fue un simple portazo, sino un acto envuelto en un misterio que crece con cada hora que pasa. Una carta hallada en su hogar, escrita con la puño y letra de Nahiara, revela un desgarrador motivo: la joven se sentía una carga para sus padres, un peso que la empujó a tomar la drástica decisión de abandonar su hogar. "Lo único que hago es traer problemas y preocupaciones", escribió la adolescente, palabras que ahora resuenan como un eco doloroso en los corazones de sus seres queridos. "Me voy antes de que alguno de los dos se vaya primero. Los amo demasiado pero no puedo más así. Por favor no me busquen".

Esta súplica, cargada de desesperación, se contradice con las posteriores publicaciones en su cuenta de Instagram. Mensajes que buscan tranquilizar a su familia, asegurando que se encuentra bien, en un lugar seguro, con comida y todas las comodidades. "No quiero que me busquen más por favor se los pido, me siento mejor así", reza el último mensaje publicado en sus historias. Sin embargo, estas palabras, en lugar de aliviar la angustia, han sembrado la duda. La familia, aferrada a la esperanza de su regreso, no puede confiar plenamente en estos mensajes virtuales. La ausencia de la voz de Nahiara, la falta de una prueba tangible de su bienestar, alimenta la sospecha de que algo más se esconde detrás de su desaparición. "La historia se publicó desde su cuenta, sí", admiten sus familiares, "Pero no sabemos si es ella la que escribió porque no escuchamos su voz".

A la carta y los mensajes en redes sociales, se suma un nuevo elemento a la ecuación: un audio enviado a una persona allegada. Un mensaje de voz, reproducido una sola vez, cuyo contenido permanece desconocido. ¿Qué palabras susurró Nahiara en esa grabación? ¿Una despedida? ¿Una súplica de ayuda? Las interrogantes se multiplican, alimentando la incertidumbre y la desesperación de quienes la buscan.

La investigación policial sigue su curso, rastreando cada pista, cada indicio que pueda conducir al paradero de la adolescente. Se sabe que Nahiara abandonó la escuela secundaria hace un mes, tras una serie de problemas con sus compañeros. Un conflicto que, según se presume, pudo haber sido el detonante de su decisión. El día de su desaparición, Nahiara debía ir a trabajar con su padre. Una cita que nunca se concretó.

Mientras tanto, la familia, incansable, empapela las calles de Mar del Plata con carteles que muestran el rostro de Nahiara, su sonrisa ausente, y un número de contacto para quienes puedan aportar información. Cada llamada, cada mensaje, es una chispa de esperanza en medio de la oscuridad. La búsqueda continúa, contra el tiempo, contra la incertidumbre, con la firme convicción de que Nahiara volverá a casa. La comunidad se une a la familia en este clamor colectivo, esperando que pronto se esclarezca el misterio que rodea la desaparición de esta joven de 15 años y que Nahiara pueda regresar sana y salva a su hogar.