La sombra de la administración anterior continúa acechando las arcas de Cuautitlán Izcalli. Una deuda millonaria por el emplacamiento del parque vehicular municipal, heredada de la gestión de Karla Fiesco, amenazaba con lastrar las finanzas del municipio. Sin embargo, una luz de esperanza se ha encendido gracias a la tenaz labor del presidente municipal, Daniel Serrano. Con una gestión incansable ante la Secretaría de Finanzas estatal, Serrano ha logrado una importante condonación de 7.8 millones de pesos, una bocanada de aire fresco para un municipio que lucha por sanear sus cuentas.

Imaginen la presión que representa una deuda de más de 11 millones de pesos, un lastre que dificulta la implementación de programas sociales, la mejora de servicios públicos y el impulso al desarrollo local. Ese era el escenario que enfrentaba el gobierno de Daniel Serrano al asumir el cargo. Pero en lugar de resignarse, el alcalde morenista se puso manos a la obra, entablando un diálogo directo con la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, una muestra de la colaboración interinstitucional que se busca fortalecer en el Estado de México.

El resultado de estas gestiones es palpable: una reducción significativa del adeudo, que pasa de 11 millones 348 mil 675 pesos a tan solo 3.5 millones. Una victoria no solo para el gobierno municipal, sino para todos los ciudadanos de Cuautitlán Izcalli. Estos recursos, que antes estaban destinados a saldar una deuda del pasado, ahora podrán ser invertidos en proyectos que beneficien directamente a la comunidad.

Es importante destacar el enfoque estratégico de esta gestión. La solicitud de exención se centró en las unidades operativas esenciales para el funcionamiento del municipio: 362 vehículos de Seguridad Pública, Servicios Públicos y Protección Civil, los brazos operativos que garantizan la seguridad y el bienestar de la población. Asimismo, se incluyeron 91 unidades administrativas, indispensables para el correcto funcionamiento del aparato gubernamental.

Con el pago de los 3.5 millones restantes, Cuautitlán Izcalli pondrá fin a esta herencia incómoda y se pondrá al corriente en sus obligaciones de control vehicular. Este logro no solo representa un alivio financiero, sino también una muestra de la transparencia y el orden administrativo que caracterizan la gestión de Daniel Serrano. Es un paso firme hacia la consolidación de un gobierno eficiente y responsable, comprometido con el progreso y el bienestar de sus ciudadanos. Queda claro que el trabajo coordinado y la determinación por resolver los problemas heredados son la clave para construir un futuro más próspero para Cuautitlán Izcalli.