
4 de septiembre de 2025 a las 20:30
Brutal crimen por un balonazo
La tragedia ha golpeado a la familia Zúñiga en Ciudad Bolívar, Bogotá, dejando una herida abierta en el corazón de una madre que clama justicia. Maricela Zúñiga, con el dolor aún fresco en su alma, relata la pesadilla que comenzó con un simple juego infantil y terminó con la vida de su hijo de 17 años. Un balón de fútbol, la inocente diversión de una niña de 13 años, se convirtió en el detonante de una violencia inimaginable. La pequeña, sin querer, lanzó el balón a la azotea de unos vecinos. Lo que siguió fue una cadena de eventos que culminaron en un acto brutal que ha dejado a una familia destrozada y a una comunidad conmocionada.
Los insultos dirigidos a la niña por parte de los vecinos, la llevaron a buscar el apoyo de su hermano mayor. Este acto de protección fraternal, un reflejo del amor y la unidad familiar, se transformó en una sentencia de muerte. La madre, ausente en ese momento por motivos laborales, solo puede reconstruir los hechos a través del testimonio de su hija y de los vecinos que presenciaron el horror. "Ella salió llorando y fue a ponerle la queja al hermanito. Yo me pregunto por qué no me esperó a mí", lamenta Maricela, con la voz quebrada por el dolor.
El joven, en un intento de mediar la situación, fue atacado con una brutalidad que cuesta comprender. Puñaladas en el rostro, la mano, y una fatal en el corazón, acabaron con su vida. La imagen de su hijo, defendiendo a su hermana menor, quedará grabada para siempre en la memoria de Maricela. La impotencia y la rabia se mezclan con la tristeza en su relato, mientras exige justicia para su hijo.
La indignación se acrecienta ante la aparente impunidad que rodea el caso. Los presuntos responsables, a pesar de haber sido detenidos, fueron puestos en libertad casi de inmediato. "Dejaron al papá libre y a los días me entero que dejaron al otro menor libre. Hasta el momento dicen que todo está en investigación", denuncia Maricela, con la desesperación de quien siente que la justicia le da la espalda.
Como si la tragedia no fuera suficiente, Maricela se enfrenta ahora a una campaña de difamación en redes sociales. Los familiares de los implicados, en un intento de desviar la atención y desprestigiar a la víctima, lo acusan de pertenecer a una "olla", un lugar de consumo de drogas y prostitución. "Quieren hacerle creer a la gente que mi hijo era parte de una de ellas", revela Maricela, indignada ante la crueldad de estas acusaciones que buscan manchar la memoria de su hijo.
La comunidad de Ciudad Bolívar se une al clamor de justicia de Maricela. La muerte de este joven, en circunstancias tan trágicas, ha conmocionado a todos. La impunidad no puede ser la respuesta. Es necesario que las autoridades investiguen a fondo el caso y que los responsables sean llevados ante la justicia. La vida de un joven, truncada por la violencia, no puede quedar en el olvido. La lucha de Maricela por la justicia es la lucha de todos. Es la lucha por un futuro donde la violencia no tenga cabida y donde la vida de cada persona sea valorada y respetada. Es un llamado a la reflexión, a la solidaridad y a la acción para construir una sociedad más justa y pacífica.
Fuente: El Heraldo de México