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3 de septiembre de 2025 a las 23:45
Vibración del volante: ¿Problema grave?
El temblor en el volante: un misterio que se resuelve desde las ruedas
Esa vibración, ese molesto zumbido que se transmite a través del volante mientras conduces, puede ser la antesala de un quebradero de cabeza… o no. Muchos conductores, al sentir ese temblor, imaginan de inmediato facturas abultadas en el taller, piezas de repuesto costosas y días, quizás semanas, sin su preciado vehículo. Sin embargo, antes de caer en la desesperación, vale la pena prestar atención a un consejo que nos llega directamente desde el corazón de los talleres mecánicos: la solución podría ser mucho más sencilla de lo que parece.
Juan José, con años de experiencia engrasándose las manos en los Talleres Ebenezer de Sevilla Este, nos revela un secreto a voces: "Si te tiembla el volante cuando conduces, lo primero que tienes que mirar, y lo más sencillo, son los neumáticos”. Sí, has leído bien. Esas cuatro piezas de caucho que nos conectan con el asfalto son, en muchos casos, las culpables de esas vibraciones indeseadas.
A menudo, la apariencia externa de los neumáticos puede engañar. Aunque a simple vista parezcan estar en perfecto estado, podrían esconder defectos o deformaciones que afectan su rendimiento. Juan José nos explica que es frecuente encontrar desgastes irregulares, zonas del neumático más desgastadas que otras, lo que genera un desequilibrio que se traduce en esas molestas vibraciones. "Puede tener la parte de en medio mucho más rebajada que los laterales, lo que se conoce como desgaste en forma de copa, o incluso presentar una protuberancia, un “chichón” como se dice coloquialmente, y eso va a hacer que el neumático vibre por esa deformación”, detalla el experto. Imaginen una peonza girando con una pequeña imperfección: el movimiento, en lugar de ser fluido y estable, se convierte en un bamboleo constante.
Pero, ¿cómo prevenir estas irregularidades en los neumáticos? La clave, según Juan José, está en el equilibrado. Este proceso, que se realiza al montar los neumáticos, consiste en colocar pequeños contrapesos en la llanta para compensar las diferencias de peso y distribuirlo de manera uniforme. De esta forma, se asegura que la rueda gire de forma estable y sin vibraciones. Es un procedimiento habitual en los talleres, casi un ritual, pero que a menudo pasa desapercibido para los conductores. Es como una orquesta afinando sus instrumentos antes de un concierto: cada pieza debe estar perfectamente ajustada para que la melodía sea armoniosa.
Ante la aparición de vibraciones en el volante, Juan José nos recomienda una revisión exhaustiva de los cuatro neumáticos, poniendo especial atención en los delanteros, ya que son los que tienen mayor influencia en la dirección. Solo si descartamos un problema en las ruedas, deberíamos empezar a considerar otras posibles causas. "Aunque lo primero, principal y, sobre todo, más económico, es revisar los neumáticos”, concluye el mecánico sevillano.
En resumen, un simple temblor en el volante no tiene por qué ser sinónimo de grandes gastos. A veces, la solución está más cerca de lo que pensamos, en esas cuatro piezas de caucho que nos conectan con la carretera. Una revisión a tiempo, un equilibrado correcto y la atención a los detalles pueden ahorrarnos tiempo, dinero y, lo más importante, garantizar nuestra seguridad al volante. Porque, al final, la tranquilidad al conducir no tiene precio.
Fuente: El Heraldo de México