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3 de septiembre de 2025 a las 18:50
Tragedia familiar: Hijo presencia muerte de su padre en accidente náutico.
La tragedia tiñó de luto las aguas de la bahía de Codardi el pasado 28 de agosto. Un día que prometía ser el broche de oro a un viaje por las costas croatas se convirtió en una pesadilla para Andrea Bruglia, "Benca" para sus amigos, un experimentado navegante de 62 años. En un instante, el Raggio Verde II, su velero, se transformó en el escenario de un accidente fatal que le arrebató la vida frente a los ojos de su propio hijo, Alessandro.
El regreso a Marina Dorica, en Ancona, se vio truncado por las adversas condiciones meteorológicas. Una brusca maniobra del velero, sacudido por el viento y las olas, provocó que Bruglia se golpease la cabeza contra el mástil y cayera al mar. La peor de las desgracias se cernía sobre él: la fuerza implacable de las hélices lo atrapó, infligiéndole heridas devastadoras en cabeza y brazos. La muerte fue casi instantánea.
Imaginen la escena: el pánico a bordo, el rugido del motor, el desesperado intento de Alessandro por salvar a su padre. Se lanzó al agua sin dudarlo, luchando contra la corriente, tratando de apartar a su padre de las mortales hélices. Un acto de amor filial en medio del caos y la tragedia. Pero el esfuerzo fue en vano. "Murió en sus brazos", susurran los medios locales, una frase que condensa el dolor inconmensurable de un hijo que presenció la muerte de su padre.
La controversia se suma a la tragedia. La familia denuncia la supuesta pasividad de la tripulación, que, según su testimonio, no habría realizado ningún intento de reanimación. Diez largos minutos transcurrieron hasta la llegada de la Guardia Costera, que rescató del agua el cuerpo sin vida de Andrea y a un Alessandro en estado de shock, quien tuvo que ser trasladado a un hospital cercano. La Autoridad Portuaria, no la tripulación, fue quien finalmente recuperó el cuerpo, según insisten los familiares, añadiendo una capa más de amargura a la situación.
Andrea Bruglia no era solo un navegante experimentado. Era un padre, un amigo, un miembro querido de la comunidad náutica de Sef Stamura. Un hombre dedicado a las ventas de dispositivos médicos, pero cuya verdadera pasión residía en el mar, en la naturaleza, en el deporte. Su repentina partida deja un vacío inmenso en quienes lo conocieron. "Un marinero formidable", lo recuerda Federico Flamini, presidente del club náutico, cuyos chats se han inundado de mensajes de condolencia.
Este trágico suceso nos recuerda la fuerza impredecible de la naturaleza y la fragilidad de la vida. Un recordatorio de que incluso en las actividades que más disfrutamos, el peligro puede acechar. La historia de Andrea Bruglia es un llamado a la prudencia y un homenaje a un hombre que amaba el mar y que, tristemente, encontró su fin en las aguas que tanto apreciaba. Una pérdida irreparable para su familia, sus amigos y la comunidad náutica de Ancona.
Fuente: El Heraldo de México