
3 de septiembre de 2025 a las 21:40
Terror en casa: Madre e hija bajo amenaza
La tranquilidad de una tarde cualquiera en el distrito de Lince se vio abruptamente interrumpida por un acto de audacia criminal. Una familia, en la aparente seguridad de su hogar, se convirtió en el blanco de un individuo con intenciones de robo. Julio Alfonso Pajuelo Gil, de 41 años, irrumpió en la vivienda con la astucia de un lobo disfrazado de cordero, simulando ser un potencial inquilino. Su objetivo, sin embargo, no era alquilar una habitación, sino apropiarse de los bienes ajenos.
Con una frialdad que hela la sangre, Pajuelo Gil comenzó a llenar bolsas con objetos de valor, ajeno a la tormenta que se avecinaba. El destino, sin embargo, le tenía preparada una sorpresa desagradable. Madre e hija, dueñas de la casa, regresaron inesperadamente, encontrándose cara a cara con el intruso en plena faena delictiva.
La escena que siguió fue digna de una película de suspenso. El ladrón, sorprendido in fraganti, sacó un arma blanca, amenazando a las mujeres con la clara intención de silenciarlas y asegurar su escape. Sin embargo, subestimó la valentía y la determinación de las víctimas. Lejos de amedrentarse, madre e hija, unidas por el instinto de proteger su hogar, comenzaron a gritar con todas sus fuerzas, pidiendo auxilio a los cuatro vientos.
Sus gritos resonaron en la tranquila tarde, alertando a los vecinos, quienes, sin dudarlo un instante, acudieron al llamado de auxilio. La rápida reacción de la comunidad convirtió la huida del delincuente en una carrera contrarreloj. Se vivieron momentos de intensa tensión y forcejeos, mientras Pajuelo Gil intentaba desesperadamente escapar de las garras de la justicia. La solidaridad vecinal, sin embargo, se impuso.
La oportuna intervención de los agentes de la Policía Nacional del Perú, alertados por los vecinos, puso fin a la angustiante situación. Pajuelo Gil fue capturado y trasladado a la comisaría local entre una lluvia de insultos y la palpable indignación de una comunidad harta de la inseguridad que la acecha. Las víctimas, aunque ilesas físicamente, quedaron marcadas por el trauma de haber visto el peligro tan cerca, dentro de los muros de su propio hogar.
Este incidente pone de manifiesto, una vez más, la creciente ola de inseguridad que azota a diversos distritos de Lima. Los vecinos de Lince exigen mayor presencia policial en las calles y medidas efectivas para combatir la delincuencia. Mientras tanto, Julio Alfonso Pajuelo Gil enfrentará las consecuencias de sus actos. La justicia lo investigará por tentativa de hurto y posible delito contra el patrimonio. La prisión preventiva dictada en su contra es un primer paso hacia una posible condena, que se determinará en una audiencia próxima. Este caso sirve como un recordatorio de la importancia de la vigilancia comunitaria y la colaboración entre vecinos y autoridades para combatir la delincuencia y construir un entorno más seguro para todos. Queda la esperanza de que este incidente impulse acciones concretas para fortalecer la seguridad ciudadana y prevenir futuros actos delictivos en la zona.
Fuente: El Heraldo de México