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3 de septiembre de 2025 a las 03:00

Rubio: Drogas en barco hundido iban al Caribe

La sombra del narcotráfico se extiende sobre el Caribe, y Estados Unidos, bajo la firme mano del presidente Trump, ha decidido plantarle cara en alta mar. Un barco, con la bandera venezolana ondeando al viento, fue interceptado y hundido por la marina estadounidense. Su carga: un cóctel mortal de drogas destinado a alimentar las redes criminales que asolan la región. El objetivo, según el secretario de Estado Marco Rubio, era probablemente Trinidad y Tobago, una isla paradisíaca convertida, a pesar suyo, en punto estratégico para el tráfico de estupefacientes.

Este incidente, más que un simple operativo, es un mensaje contundente: la administración Trump no tolerará que el veneno del narcotráfico siga contaminando las aguas del Caribe y, por ende, las calles de Estados Unidos. Rubio, con la convicción que lo caracteriza, ha asegurado que la ofensiva contra los carteles no cesará mientras el presidente Trump ocupe la Casa Blanca. Una guerra sin cuartel contra un enemigo invisible pero letal, que se libra no solo en las fronteras, sino en el vasto océano que separa continentes.

El secretario de Estado ha pintado un panorama preocupante: la cocaína, el fentanilo y otras sustancias ilícitas, provenientes en este caso de Venezuela, un país sumido en una profunda crisis, siguen fluyendo hacia el norte. Puerto Rico, isla del encanto convertida en puente para el narcotráfico, se convierte en la puerta de entrada a Estados Unidos para este flujo incesante de drogas. Desde allí, el veneno se esparce por las comunidades, destruyendo vidas y alimentando un ciclo de violencia que parece no tener fin.

La ruta trazada por este cargamento, interceptado antes de alcanzar su destino, revela la complejidad de la red criminal. No se limita al Caribe, sino que extiende sus tentáculos hacia Europa, convirtiendo el tráfico de drogas en un problema global. Un problema que, según Rubio, requiere una respuesta global.

Aunque el Pentágono aún no ha revelado todos los detalles de la operación, Rubio ha adelantado que el cargamento pertenecía a una organización recientemente designada como terrorista. Una declaración que pone de manifiesto la gravedad de la situación y la determinación del gobierno estadounidense de combatir el narcotráfico con todas las herramientas a su alcance.

La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará esta guerra contra las drogas? Rubio ha sido claro: no existen límites geográficos. La lucha se llevará a cabo donde sea necesario, sin importar las fronteras. La seguridad nacional, la protección del pueblo estadounidense, es la prioridad absoluta. Una declaración que, sin duda, resonará en los pasillos del poder y en las calles, tanto en Estados Unidos como en los países del Caribe, obligados a ser testigos y, en muchos casos, víctimas colaterales de esta guerra sin cuartel contra el narcotráfico. ¿Será suficiente esta estrategia para frenar el flujo de drogas? El tiempo, y las futuras acciones, lo dirán.

Fuente: El Heraldo de México