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3 de septiembre de 2025 a las 09:15

Recuperando Nuestras Raíces

La esperanza florece en Tabasco. Más allá de las estadísticas y los informes oficiales, se palpan historias de cambio, de vidas transformadas gracias a la Estrategia de Atención a las Causas. No se trata simplemente de apagar incendios, sino de prevenirlos, de atender la raíz de los problemas que aquejan a nuestras comunidades. En Tabasco, se está construyendo un futuro diferente, un futuro donde la paz no es una utopía, sino una realidad palpable.

El caso de los hermanos en Comalcalco es un ejemplo conmovedor. Imaginen la frustración de vivir en un país que consideran suyo, pero sin la documentación que lo respalde. Imaginen el dolor de ser discriminados al buscar ayuda, de enfrentarse a la burocracia y la indiferencia. Gracias a la intervención de los Sembradores de Paz, estos jóvenes no solo obtuvieron su nacionalidad mexicana, sino que también encontraron un propósito. Su historia, marcada por la adversidad, se convirtió en un testimonio de resiliencia y solidaridad. Al integrarse como voluntarios, demuestran que la ayuda recibida puede transformarse en un motor de cambio, en una cadena de apoyo que fortalece a toda la comunidad.

En Huimanguillo, la historia de Carolina nos confronta con una realidad dolorosa, pero también esperanzadora. La violencia, un mal que corroe el tejido social, encontró una respuesta firme y efectiva. La intervención de la Dirección de Atención a la Mujer no se limitó a un simple auxilio, sino que brindó un acompañamiento integral, un soporte psicológico, jurídico y social que permitió a Carolina y a su hijo reconstruir sus vidas. Este caso demuestra que la atención a las causas no se limita a la seguridad pública, sino que abarca la salud, el bienestar emocional y la protección de los más vulnerables.

Estas historias, y muchas otras que se tejen día a día en Tabasco, son la prueba fehaciente de que la Estrategia de Atención a las Causas está dando frutos. No se trata de una solución mágica, sino de un trabajo constante, un esfuerzo conjunto que involucra a las autoridades, a las organizaciones civiles y, sobre todo, a la propia comunidad. Se trata de sembrar la semilla de la paz en cada rincón del estado, de construir un Tabasco más justo, más seguro y más próspero para todos. La transformación está en marcha, y cada historia de éxito es un paso firme hacia un futuro mejor. La labor de los Sembradores de Paz es invaluable, su compromiso y dedicación son el motor que impulsa este cambio. Sigamos trabajando juntos, sigamos sembrando esperanza, sigamos construyendo la paz que Tabasco merece. El camino no es fácil, pero los resultados son palpables y nos motivan a seguir adelante, a redoblar esfuerzos y a creer en un futuro donde la paz sea la norma, no la excepción.

Fuente: El Heraldo de México