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4 de septiembre de 2025 a las 01:55
Presiona el regreso a clases en Chiapas
La cuesta de enero se ha mudado. Ahora, el peso de los gastos escolares aplasta los bolsillos de las familias mexicanas justo al terminar las vacaciones de verano. El regreso a clases ya no solo se vive en las bulliciosas papelerías y tiendas de uniformes, sino también en el silencioso trajín de las casas de empeño. Allí, entre escaparates que guardan historias de apuros y esperanzas, se refleja la realidad económica de muchos hogares que recurren al empeño como una solución ante el incremento de los costos educativos.
Omar Pérez Toledo, coordinador de Fundación Dondé en Tuxtla Gutiérrez, ha sido testigo directo de esta creciente demanda. Nos confirma un aumento significativo, entre el 15% y el 22%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Una cifra que habla por sí sola y que nos invita a reflexionar sobre el impacto del alza en los precios de los útiles escolares.
Imaginemos el dilema: la lista de útiles escolares, cada vez más extensa y costosa, versus un presupuesto familiar que no siempre alcanza. El 23.6% de incremento en los costos, según datos del sector, se traduce en una pesada carga para padres y madres de familia que se ven obligados a buscar alternativas para solventar los gastos.
Las joyas familiares, tesoros que guardan recuerdos y momentos especiales, se convierten en la moneda de cambio. Cadenas, pulseras y anillos de oro, símbolos de afecto y tradición, se depositan con la promesa de ser recuperados pronto. Junto a ellas, las herramientas tecnológicas que facilitan el aprendizaje, como tabletas, laptops e incluso pantallas, también forman parte de la garantía. El oro, a pesar de su volatilidad en el mercado, sigue siendo el refugio de valor predilecto, la opción más recurrente para obtener liquidez inmediata.
Ante esta situación, las casas de empeño, conscientes de la realidad que enfrentan sus clientes, han adaptado sus estrategias. Fundación Dondé, por ejemplo, ha implementado esquemas de recuperación más flexibles, con periodos de gracia que permiten respirar un poco a las familias. Además, han incorporado opciones digitales para acceder a créditos adicionales, ajustándose a las fluctuaciones del precio del oro y brindando una mayor posibilidad de recuperar los bienes empeñados. Una luz de esperanza en medio de la preocupación.
La afluencia de personas provenientes de diversos municipios a las casas de empeño de Tuxtla Gutiérrez, pinta un panorama generalizado de la situación. No se trata de casos aislados, sino de una tendencia que se repite año tras año, evidenciando la necesidad de encontrar soluciones a largo plazo que permitan a las familias afrontar los gastos escolares sin comprometer su patrimonio. La educación, pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad, no debería ser un lujo, sino un derecho accesible para todos. Es imperativo buscar alternativas que alivien la carga económica de las familias y garanticen un futuro educativo próspero para las nuevas generaciones. El regreso a clases debe ser motivo de alegría y esperanza, no de angustia y sacrificio.
Fuente: El Heraldo de México