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3 de septiembre de 2025 a las 18:40
Pesadilla en el Hotel: Yesica lucha por su vida y la de su bebé
La tranquilidad de un sábado cualquiera se vio abruptamente interrumpida en Neiva, Huila. Yesica Cruz Capera, una joven de 22 años con siete meses de embarazo, se convirtió en víctima de un ataque que ha conmocionado a la comunidad y que ha puesto en tela de juicio la actuación de las autoridades. Lo que parecía una oportunidad laboral, ofrecida por una supuesta embajadora de una fundación para mujeres embarazadas, se transformó en una pesadilla que por poco le cuesta la vida a Yesica y a su bebé.
La historia comenzó semanas atrás en el mundo virtual. Sara Lucía Vásquez Ortega contactó a Yesica a través de redes sociales, prometiéndole trabajo como modelo en un evento benéfico. La propuesta incluía maquillaje profesional antes de la presentación, una oferta que, vista en retrospectiva, se revela como la pieza clave de un macabro plan. Con la confianza depositada en la supuesta benefactora, Yesica accedió a acompañarla a un hotel donde, según le indicaron, recibiría los servicios de maquillaje.
Dentro de la habitación, el escenario cambió drásticamente. Un café, presuntamente adulterado, y la solicitud de recostarse para facilitar el maquillaje fueron los preludios de un ataque brutal. Con los ojos cerrados por indicación de su agresora, Yesica sintió el filo de un cuchillo en su cuello. La reacción instintiva de la joven, un forcejeo desesperado, le permitió desarmar a su atacante, morderla y finalmente huir de la habitación, dejando a su agresora encerrada.
La escena que siguió al escape es tan perturbadora como el ataque mismo. Ensangrentada y con el cuchillo en la mano, Yesica buscó ayuda en las calles, encontrándose con la indiferencia y el temor de quienes la veían. Finalmente, un hombre se acercó, le pidió que soltara el arma y le brindó auxilio, llamando a la policía y a los servicios de emergencia.
Sin embargo, la llegada de las autoridades no trajo consigo la justicia esperada. Según el testimonio de Yesica, la policía catalogó el incidente como una simple riña, dejando en libertad a la agresora. Este hecho, sumado al hallazgo de material quirúrgico, pañales y leche para recién nacidos entre las pertenencias de Vásquez Ortega, ha levantado sospechas sobre las verdaderas intenciones de la mujer. Todo apunta a un intento de robo del bebé, una hipótesis que cobra fuerza con el relato de Yesica, quien recuerda cómo su agresora le hacía marcas en el vientre, como si lo estuviera midiendo.
Desde el hospital, donde se recupera satisfactoriamente junto a su bebé, Yesica exige justicia. Su voz, llena de indignación y dolor, clama por una investigación exhaustiva que esclarezca los hechos y castigue a la responsable. "¿Por qué la dejan en libertad?", se pregunta angustiada, consciente de que esta mujer podría repetir el mismo acto con otras futuras madres. Su caso, un crudo reflejo de la vulnerabilidad de las mujeres embarazadas y de las fallas en el sistema de justicia, ha generado una ola de indignación en la comunidad, que espera una pronta respuesta de las autoridades. Mientras tanto, la Fiscalía General de Colombia aún no se ha pronunciado oficialmente sobre el caso, aunque las autoridades municipales de Neiva han prometido brindar apoyo jurídico a Yesica. La incertidumbre y la angustia persisten, mientras la sociedad espera que se haga justicia y que este terrible suceso no quede impune. La pregunta que resuena en el aire es: ¿cuántas Yesicas más tendrán que sufrir antes de que se tomen medidas efectivas para protegerlas?
Fuente: El Heraldo de México