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3 de septiembre de 2025 a las 09:35

¿Nahle fuera de Veracruz? El futuro de 2028

La danza política comienza a tejer sus intrincados pasos mucho antes de que la música suene. En el tablero nacional, las piezas se mueven con una anticipación calculada, y la sucesión presidencial del 2030 ya asoma en el horizonte, aunque aún lejana. El nombre de Rocío Nahle, actual gobernadora de Veracruz, resuena en los pasillos del poder como una posible heredera del legado de Claudia Sheinbaum. Más allá de las simpatías y antipatías, la presidenta parece mantener su apuesta por una sucesora, y Nahle se perfila como una contendiente de peso dentro del reducido círculo de aspirantes.

Si bien la fecha parece distante, la maquinaria política no descansa. Sheinbaum, al menos por ahora, no ha desviado su mirada de la posibilidad de entregar la estafeta a otra mujer. Rocío Nahle figura entre las contempladas, e incluso se especula sobre su posible nombramiento en la Secretaría de Gobernación en 2028, un trampolín tradicional hacia la presidencia. Este movimiento estratégico no solo la mantendría vigente en la escena nacional, sino que le permitiría minimizar cualquier desgaste político, preparándola para un eventual salto a la candidatura.

Para allanar el camino, la presidenta Sheinbaum parece estar reforzando la presencia de Omar García Harfuch en Veracruz. La instrucción de aterrizar la estrategia federal de seguridad en los estados cobra un doble significado en este contexto, consolidando la imagen de Nahle como una figura capaz de gestionar temas cruciales para el país. La próxima visita de la presidenta a Veracruz, en el marco de su primer informe de gobierno, no es una simple coincidencia. Se interpreta como un guiño, una señal de apoyo que refuerza la proyección de Nahle ante su gente y la coloca en el centro de la conversación política rumbo al 2028.

La posibilidad de que Nahle ocupe la Secretaría de Gobernación en 2028 abre un nuevo abanico de especulaciones en Veracruz. Si la gobernadora regresa a la arena federal, se desencadenaría una serie de movimientos legislativos para determinar quién tomaría las riendas del estado. Las miradas se dirigen hacia la Secretaría de Gobierno y la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso local, semilleros de posibles sucesores o sucesoras.

En Veracruz, la anticipación política ya se respira. Los suspiros de quienes aspiran a ocupar la gubernatura se entremezclan con las especulaciones y los cálculos. La presunta partida de Nahle en 2028, aunque aún hipotética, ha desatado una carrera silenciosa, una pugna soterrada por el poder que se define entre bambalinas. El futuro político de Veracruz está intrínsecamente ligado a las decisiones que se tomen a nivel nacional, y la figura de Rocío Nahle se erige como un punto de inflexión en este complejo juego de ajedrez político. Solo el tiempo dirá si estas especulaciones se materializan y si el camino que hoy parece trazado para Nahle la conduce efectivamente a la presidencia en 2030. El escenario político es cambiante, y la incertidumbre es la única constante en esta danza de poder.

Fuente: El Heraldo de México