
3 de septiembre de 2025 a las 09:15
Más allá de la Fecha FIFA
La incertidumbre se cierne sobre el arco mexicano a menos de 300 días del pitazo inicial de la Copa del Mundo 2026. El Estadio Azteca, sometido a una profunda remodelación para albergar una pequeña porción del torneo, espera expectante mientras la figura de Guillermo Ochoa, el histórico guardameta, se debate entre la continuidad y la incertidumbre. A sus 40 años, las ofertas no parecen lloverle al experimentado portero. La posibilidad del Burgos, en la segunda división española, se desvaneció, dejando un panorama nebuloso. Independientemente de las cláusulas del contrato, resulta difícil comprender la postura de Ochoa. Su reconocida trayectoria internacional no debería cegarlo ante la realidad: el tiempo apremia y quedarse sin equipo a las puertas del Mundial sería un error garrafal.
La ausencia de un contrato significaría un golpe devastador a su ambición de convertirse en el único futbolista en disputar seis Copas del Mundo. Esta anomalía, sin duda, expone la escasez de porteros de élite en el fútbol mexicano, un vacío que se ha prolongado por décadas. Privarnos de presenciar una hazaña histórica de un compatriota sería una verdadera lástima. Confiemos en que Ochoa encuentre pronto una solución, pues su mentalidad ganadora y su experiencia son un bálsamo en medio de la mediocridad que a menudo caracteriza a nuestro fútbol. Incluso como tercer portero, su presencia en el Mundial estaría más que justificada.
Mientras tanto, en Torreón, una polémica que lleva años gestándose finalmente ha trascendido las fronteras locales. La inexplicable ausencia de Carlos Acevedo en las convocatorias de la selección nacional ha desatado un debate acalorado. Acevedo, el portero con mejores estadísticas en prácticamente todos los rubros, ha sido inexplicablemente ignorado por Javier Aguirre. Noventa y siete disparos, casi cien, ha recibido en tan solo cinco partidos. Una media de veinte por encuentro. Una auténtica muralla que ha evitado una catástrofe aún mayor para un Santos Laguna sumido en una crisis profunda. Sin él, el equipo habría terminado el último torneo con cero puntos.
La justificación de Aguirre, "no me gusta como portero", resulta infantil y poco profesional, viniendo de un entrenador de su supuesto calibre. Acevedo ha demostrado una y otra vez su capacidad, minimizando el impacto de la incesante lluvia de disparos que recibe su equipo. Mientras tanto, Aguirre prefiere convocar a porteros con un rendimiento cuestionable, como Jurado, cuyas actuaciones en Cruz Azul han sido, en muchos casos, desastrosas.
La meritocracia parece haber sido arrojada por la borda. La constancia y el talento se ven opacados por los caprichos personales del entrenador, o quizás, por intereses ocultos que aún desconocemos. En definitiva, la portería de la selección mexicana atraviesa una crisis sin precedentes, mientras el mejor portero del país se ve obligado a entrenar en la Laguna, ignorado y marginado. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo que decisiones arbitrarias e injustificadas perjudiquen el futuro de nuestro fútbol?
Fuente: El Heraldo de México