
3 de septiembre de 2025 a las 09:15
Justicia trabada en Oaxaca
La historia de Daniela, una enfermera de Tehuantepec, Oaxaca, nos golpea con la cruda realidad de la justicia selectiva en México. Un sistema que parece proteger a los poderosos mientras las víctimas luchan por años para obtener un ápice de justicia. La brutal agresión que sufrió a manos de Luis Alberto Martínez Zúñiga, hijo del exalcalde de Ocotlán de Morelos, quedó registrada en video. Las imágenes, irrefutables, mostraban la violencia desmedida: golpes, patadas, un intento de estrangulamiento. A pesar de la evidencia, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) inicialmente minimizó el caso, clasificándolo como "violencia familiar". Un eufemismo cruel que intentó ocultar la brutalidad del ataque y la clara intención feminicida.
Imaginen la lucha de Daniela. No solo tuvo que sobrevivir a la violencia física y emocional, sino que también tuvo que enfrentarse a un sistema judicial que parecía decidido a proteger al agresor. Tuvo que insistir, presionar, y con el apoyo de organizaciones civiles, logró que, después de un año, se reconociera el delito como tentativa de feminicidio. Pero la justicia, aunque lenta, no llegó. Tuvieron que pasar cinco largos años para que se dictara una sentencia de cinco años de prisión. Una sentencia que, hasta el día de hoy, sigue sin cumplirse. Martínez Zúñiga sigue libre, amparado por la sombra del poder que alguna vez ostentó su padre.
Luis Francisco Martínez Aquino, exalcalde de Ocotlán de Morelos, llegó al poder arropado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Un hombre con un historial manchado por la violencia política de género y la obstrucción de procesos internos, sancionado por el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca. Un hombre acostumbrado al autoritarismo, protegido por el sistema, y con la capacidad de torcer las reglas a su conveniencia. Aunque ya no ocupe el cargo de alcalde, su influencia persiste. En la región se susurra sobre sus conexiones, sus favores, los contratos de obra pública obtenidos durante el sexenio anterior. Un entramado de poder que explica la impunidad de su hijo.
El caso de Daniela no es un caso aislado. Es un reflejo de la problemática que enfrentan muchas mujeres en México. La ignorancia, o quizás la complicidad, de las autoridades locales y estatales frente a los protocolos de género, como lo ha señalado GESMujer, es alarmante. El Fiscal de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, tiene una deuda pendiente con Daniela y con todas las mujeres que han sido víctimas de violencia. Debe ejecutar la detención de Luis Alberto Martínez Zúñiga, sin importar los lazos familiares o las presiones políticas.
La lucha de Daniela, acompañada por organizaciones feministas que no la han abandonado, ha logrado una sentencia. Una victoria agridulce, conseguida a pesar del sistema, no gracias a él. Sin embargo, la batalla no ha terminado. Se espera que las organizaciones que acompañan a Daniela escalen el caso a nivel federal, buscando la intervención de la Secretaría de las Mujeres, a cargo de Citlalli Hernández. Una nueva esperanza en la búsqueda de justicia, una nueva batalla contra la impunidad. El caso de Daniela es un llamado a la acción, una exigencia de justicia, un recordatorio de que la lucha por la igualdad y la seguridad de las mujeres en México sigue vigente.
Y en otras noticias, la política local también nos da de qué hablar. En la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM), ni el chaleco guinda pudo salvar a Víctor Hugo Lobo del repudio popular. El exdelegado fue abucheado y corrido a chiflidos de una asamblea de Morena en Lindavista. Los vecinos no olvidan su pasado como parte de la "pareja imperial" junto con Nora Arias.
Nos vemos a las 8 por el 8 TV.
Fuente: El Heraldo de México