
3 de septiembre de 2025 a las 07:45
Huye de ICE y lo atrapan
La escena parecía sacada de una película de acción, con un toque de comedia absurda. En el lujoso escenario de un complejo de apartamentos en Los Ángeles, la influencer de TikTok Leidy Tatiana Mafla-Martínez se encontraba en el ojo del huracán. Agentes del ICE, con la seriedad que caracteriza sus operativos, habían bloqueado su Tesla con dos imponentes camionetas SUV negras. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Mafla-Martínez, conocida por sus videos sobre redadas de inmigración y protestas anti-ICE, se enfrentaba a la realidad de su situación migratoria, agravada por una condena previa por conducir bajo los efectos del alcohol.
Pero la narrativa dio un giro inesperado con la irrupción de Bobby Núñez, un conductor de grúa de 33 años. No llegó como un héroe ni como un villano de manual, sino como un elemento caótico que alteraría el curso de los acontecimientos. Según las autoridades, Núñez, haciendo caso omiso a las advertencias de los agentes, utilizó la puerta de su propio vehículo para empujar a uno de los oficiales. Las palabras que intercambió con los agentes no fueron de diplomacia, sino de desafío y amenaza, creando una atmósfera aún más surrealista.
Mientras los agentes lidiaban con la irrupción de otro individuo en la escena, Núñez vio su oportunidad. Con la frialdad de un profesional, enganchó una de las camionetas del ICE a su grúa y, como si se tratara de un auto mal estacionado, la remolcó. La imagen de los agentes inmovilizando a Mafla-Martínez en el suelo mientras la camioneta desaparecía en la distancia es digna de un meme. Un agente, incrédulo ante lo que presenciaba, inició una persecución que parecía sacada de una comedia de enredos. La camioneta, con sus llaves y un arma de fuego guardada en una caja fuerte, se alejaba por Temple Street, dejando tras de sí un rastro de confusión y preguntas sin respuesta.
La cereza del pastel, la prueba irrefutable de la osadía de Núñez, fue un video de TikTok que él mismo filmó desde el interior de su grúa. En la grabación, se le puede ver riéndose a carcajadas mientras se aleja con el vehículo robado, burlándose del agente que lo perseguía. La denuncia penal describe la escena con detalle, recalcando la actitud jocosa de Núñez ante la situación.
Al día siguiente, la grúa fue encontrada estacionada en el mismo complejo de apartamentos, como si Núñez hubiera querido dejar una firma de su audacia. Ahora, la risa se le ha congelado en el rostro. Acusado de robo de propiedad gubernamental, enfrenta una posible condena de 10 años de prisión. El fiscal federal interino Bill Essayli no ha tardado en pronunciarse, afirmando que Núñez deberá responder por sus actos ante la justicia. El "How it started vs. How it's going" se ha vuelto una realidad para Núñez, un recordatorio de que las acciones tienen consecuencias, y que a veces, la realidad supera la ficción. El caso de Núñez no solo plantea interrogantes sobre la seguridad de los operativos del ICE, sino que también nos invita a reflexionar sobre el papel de las redes sociales en la construcción de narrativas, y cómo la búsqueda de la viralidad puede llevar a consecuencias impensadas.
Fuente: El Heraldo de México