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3 de septiembre de 2025 a las 19:26

Hienas arruinan despedida de soltero

En la quietud de la noche africana, la Reserva Natural de Cape Vidal, usualmente un paraíso para los amantes de la naturaleza, se convirtió en el escenario de una pesadilla para Nicolas Hohls. A sus 27 años, en lo que debía ser una alegre despedida de soltero con su padre y amigos, se vio cara a cara con la brutal realidad de la vida salvaje. Imaginen la escena: la oscuridad profunda, el murmullo de la naturaleza nocturna, y de repente, la irrupción violenta de dos hienas en su tienda de campaña. Un pequeño resquicio de ventilación, apenas seis pulgadas, se transformó en la puerta de entrada a un infierno de colmillos y garras.

La historia que Nicolas relata, con la voz aún temblorosa por el recuerdo, es un escalofriante testimonio de supervivencia. Dormido plácidamente tras una jornada de pesca y camaradería, el joven se despertó con la cabeza atrapada entre las fauces de una hiena, mientras otra se aferraba con saña a su tobillo izquierdo. En ese instante, el tiempo se detuvo. La celebración, la alegría, el futuro, todo quedó eclipsado por la lucha primal por la supervivencia.

No hubo tiempo para el miedo, solo para el instinto. Con una fuerza desesperada, Nicolas reaccionó. "Fue puro instinto y adrenalina", declaró a los medios internacionales que se agolparon para escuchar su relato. Su estrategia, nacida de la desesperación, fue atacar los puntos débiles de sus agresoras: los ojos y la garganta. Imaginen la escena: un joven forcejeando en la oscuridad contra dos depredadores hambrientos, la tela de la tienda de campaña rasgándose, el olor a sangre mezclándose con el aire fresco de la noche.

Su padre, Colin Hohls, alertado por la conmoción, irrumpió en la escena para encontrar a su hijo en medio de un charco de sangre. La rápida intervención de Colin, llevándolo de inmediato al hospital de Ballito, fue crucial para salvar la vida de Nicolas. A pesar de la brevedad del ataque, apenas sesenta segundos, para Nicolas fue una eternidad. Una eternidad en la que se debatió entre la vida y la muerte, enfrentando la ferocidad de la naturaleza en su estado más puro.

A pesar del trauma, Nicolas ha decidido compartir su historia, con la esperanza de que sirva de advertencia a otros. Su experiencia resalta la importancia de la precaución al acampar en áreas donde la vida salvaje es abundante. Aunque Nicolas, un visitante habitual de Cape Vidal desde su infancia, había tomado precauciones, las hienas, movidas por su instinto depredador, encontraron la forma de entrar.

La recuperación de Nicolas es un testimonio de su fortaleza y resiliencia. Después de varios días en el hospital, incluso encontró la fuerza para escribir un artículo detallando su experiencia para la revista People. En sus propias palabras, relata la terrorífica experiencia de arrancarse la cara de los colmillos de la hiena y cómo luchó con uñas y dientes para sobrevivir.

Este incidente nos recuerda que la naturaleza, a pesar de su belleza, también puede ser implacable. La historia de Nicolas es una lección de supervivencia, un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de respetar el poder de la naturaleza salvaje. Es una historia que nos deja sin aliento, que nos hace reflexionar sobre nuestra propia vulnerabilidad y que nos invita a admirar la fuerza del espíritu humano capaz de sobreponerse incluso a las situaciones más extremas.

Fuente: El Heraldo de México