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3 de septiembre de 2025 a las 13:55

Descubre al defensor de los olvidados del Bronx

La tragedia que rodea la muerte de Valeria Afanador continúa generando interrogantes y consternación en la sociedad colombiana. Mientras las autoridades apuntan a un posible ahogamiento accidental, la familia, representada por el reconocido jurista Julián Quintana, sostiene la hipótesis de un homicidio. Esta discrepancia entre la versión oficial y la postura de la familia añade una capa adicional de complejidad a un caso ya de por sí desgarrador.

La figura de Julián Quintana, ex director del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, aporta un peso considerable a las acusaciones de la familia. Su experiencia en la lucha contra el crimen organizado, especialmente su labor en la erradicación de las casas de tortura en el infame "Bronx" bogotano, le otorga una credibilidad difícil de ignorar. Quintana no solo cuestiona la versión del ahogamiento accidental, sino que va más allá, sugiriendo la implicación de una tercera persona en el rapto y posterior muerte de Valeria. La mención de un video que mostraría a la niña saliendo sola del colegio refuerza sus sospechas y plantea la necesidad de una investigación exhaustiva sobre las circunstancias que rodearon su desaparición.

La afirmación de Quintana sobre la responsabilidad del colegio en la seguridad de sus estudiantes también abre un nuevo frente en este complejo caso. Si bien la prioridad es esclarecer las causas de la muerte de Valeria, la posible negligencia del centro educativo no puede ser pasada por alto. Es fundamental determinar si se implementaron las medidas de seguridad adecuadas y si existieron fallas en los protocolos que pudieran haber contribuido a la tragedia.

La trayectoria profesional de Julián Quintana, con un doctorado en Derecho de la Universidad de Salamanca y una maestría en Anticorrupción, le confiere la autoridad necesaria para cuestionar la versión oficial. Su experiencia en la investigación de bienes ilícitos y organizaciones criminales, adquirida durante su paso por la Fiscalía y la Guardia de Finanzas en Italia, lo convierte en una voz autorizada en este tipo de casos. Su insistencia en la hipótesis del homicidio, a pesar de los resultados preliminares de la autopsia, demanda una revisión minuciosa de las pruebas y un análisis exhaustivo de todas las posibles líneas de investigación.

El hecho de que el cuerpo de Valeria haya sido encontrado en una zona previamente rastreada por las autoridades plantea preguntas inquietantes. ¿Cómo es posible que la búsqueda inicial no diera resultados? ¿Fue el cuerpo colocado allí posteriormente? Estas interrogantes deben ser abordadas con rigor y transparencia para disipar cualquier duda sobre la integridad de la investigación. La familia de Valeria, sumida en el dolor, merece respuestas claras y contundentes. La sociedad colombiana, conmocionada por este trágico suceso, exige justicia y la verdad sobre lo que le ocurrió a Valeria Afanador. El caso, lejos de estar cerrado, se encuentra en un punto crucial donde la exhaustividad de la investigación y la imparcialidad de la justicia serán determinantes para honrar la memoria de la niña y brindar consuelo a sus seres queridos.

Fuente: El Heraldo de México